| 2 Noviembre ´07- A pesar del escepticismo que viene de largo y que últimamente es más pronunciado respecto de los organismos modificados genéticamente, en los últimos doce meses se ha registrado un incremento enorme del 77% del área cubierta por cultivos transgénicos en Europa. Se cosecharon más de 1.000 km cuadrados de maíz transgénico.
Al presentar estas cifras el 29 de octubre pasado en Bruselas, EuropaBio, la Asociación Europea de Bioindustrias, pidió un mayor incremento del cultivo de maíz transgénico, más específicamente de la variedad de maíz Bt, así como una aprobación más rápida de otros cultivos transgénicos a nivel europeo. Según EuropaBio, en este momento más de sesenta cultivos diferentes están retrasados o «atascados» en el sistema de aprobación de la UE.
«Si, desde el punto de vista de la evaluación de riesgos, queda claro que el producto es seguro, entonces debería recibir aprobación casi automáticamente», explicó Johann Vangemelrijck, secretario general de EuropaBio, en una entrevista a CORDIS Noticias, al tiempo que solicitó de los responsables políticos que basen sus decisiones con más fiabilidad en la investigación científica. «Sólo entonces las compañías continuarán invirtiendo en investigación. No es posible pedir a las empresas que contribuyan con dos tercios para alcanzar el objetivo de Lisboa del 3% para la investigación si no se permite que los productos que resultan de esa investigación sean comercializados», añadió.
En la actualidad, el único cultivo transgénico aprobado para su plantación en la UE es el maíz Bt, que es resistente a la piral del maíz, una larva de mariposa que se come el tallo y la espiga, y en este proceso forma agujeros que facilitan la propagación de hongos potencialmente tóxicos. En el maíz Bt, una variedad de maíz transgénico, se ha modificado un genoma para incluir un gen del Bacillus thuringiensis y producir una toxina que afecta a la piral del maíz. No obstante, los críticos han advertido que la variedad de maíz modificada también afecta a insectos que son beneficiosos.
El maíz representa el 14% de todos los cultivos plantados en la Unión Europea, lo que significa que «el maíz importa», señaló Nathalie Moll, directora ejecutiva de la sección de biotecnología verde en Europa (GBE) de EuropaBio. Las cifras muestran que hoy en día el 1% del maíz de Europa es transgénico. Según estimaciones, el 25% del maíz de la UE está afectado por la piral europea del maíz.
En la actualidad, ocho países europeos permiten el cultivo de la variedad de maíz Bt. En Francia, por ejemplo, ha habido un incremento del 323% de las plantaciones de maíz Bt, de 5.000 hectáreas en 2006 a más de 21.000 hectáreas en 2007. Sin embargo, el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha suspendido todas las plantaciones transgénicas hasta el año próximo, y no es el único Jefe de Estado europeo que tiene dudas acerca de los cultivos modificados genéticamente: Austria, por ejemplo, donde no se plantan cultivos transgénicos, ha prohibido todas las importaciones de maíz transgénico. El 30 de octubre de este año, los Ministros de Medio Ambiente de la UE votarán sobre una propuesta de la Comisión Europea por la que se forzará a Austria a finalizar su prohibición nacional o cláusula de salvaguardia.
No obstante, según la Sra. Moll, «los agricultores tienen que desearlo, ya que un aumento del 77% en un año muestra que hay cierto interés», en particular si se considera que el maíz Bt no es un avance reciente sino que fue aprobado en la UE en 1988. Para la Sra. Moll, el uso del maíz Bt aumenta la competitividad, ayuda a disminuir las emisiones de CO2 y es beneficioso para los consumidores, ya que reduce la ingestión de las toxinas fúngicas producidas en maíz dañado por insectos.
Mientras que desde hace años los críticos ponen en duda los beneficios aparentes de los cultivos transgénicos, el Dr. Marc van Montague, uno de los pioneros de la ingeniería genética de plantas, está seguro de que la gran producción de cultivos transgénicos se necesitará en el futuro próximo para alimentar a una población mundial en crecimiento y responder a las demandas energéticas. Asimismo, «los científicos han hecho constructos mucho más interesantes que podrían ser importantes para los consumidores, para el medio ambiente y para los países en desarrollo», comentó el Dr. van Montague a CORDIS Noticias. Como ejemplo, citó también los cultivos resistentes a la sequía. «Pero si no existe la estructura económica adecuada, no los podemos introducir en el mercado. Con todo, se aplicará en algunos lugares del mundo y el resto seguirá su ejemplo, ya que, si los agricultores y la industria ven los resultados, no hay modo de detener esta ciencia.» |
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