«Unir ética y política, dos conceptos que todo el mundo da por rotos». Es el objetivo con el que doce profesores de varias universidades agrupados por la Cátedra Ethos de Ética de la Universidad Ramon Llull (URL) han elaborado el primer Código Ético para Políticos, que recoge los principios que deben regir su trabajo, su relación con la ciudadanía, entre partidos y con los medios de comunicación. «Nos han acusado de ser ingenuos», afirma el profesor Cristian Palazzi, secretario de la Cátedra Ethos de Ética de la URL y uno de los autores.
El código, el primero para políticos profesionales que se elabora en España, donde algunos partidos e instituciones tienen códigos de buenas prácticas internos, ha sido editado por primera vez en la publicación«Ramon Llull Journal of Applied Ethics», una revista sobre ética aplicada.
«La salud democrática de una nación radica, en gran medida, en lanaturaleza ética de sus ciudadanos y los representantes políticos». Es esta la premisa bajo la que se articula este código ético, cuyos autores son en su mayoría profesores de Ética y Ciencias Políticas.
Palazzi ha explicado a Efe que la ideología de los autores abarca «todo el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda, pasando por los nacionalismos». El código sostiene que «la honestidad, la lealtad, la integridad, el comportamiento ejemplar, la austeridad y la capacidad de proporcionar el servicio son actitudes básicas que todos los ciudadanos reconocen como valiosas, independientemente de la opción política que apoyen».
Políticos y ciudadanos
Durante tres meses de discusiones, los profesores han elaborado un código con 24 artículos. «Este es un código transversal, con principios generales, que no está basado en ninguno ya existente», ha dicho Palazzi, que reconoce que hay quien lo consideraexcesivamente genérico o poco exigente.
Parte de un pretexto muy sencillo pero que a menudo se olvida: que «la actividad política está dirigida a la ciudadanía». El Código arguye que los políticos electos deben actuar «defendiendo el proyecto para el que han sido elegidos», tener en cuenta los movimientos sociales que surjan y «atender a sus demandas» sin «fines partidistas», o cargar cualquier responsabilidad derivada de sus acciones públicas.
En cuanto a las relaciones entre políticos, éstas deben «ser moldeadas por el respeto mutuo», y recuerda que el desacuerdo ideológico es la base de lademocracia, por lo que no debe traducirse en faltas de respeto. Además, apunta que «los políticos deberían tratar de llegar a acuerdos sobre cuestiones de interés general, buscando un compromiso entre las diferentes posiciones que representan».
En lo que a la transparencia se refiere, el código ético recoge que los políticos tienen que «rendir cuentas de su actividad e informar de manera transparente acerca de sus acciones». También deben «consultar a todas las partes implicadas» antes de tomar decisiones.
En cuanto al uso de los medios de comunicación, los políticos deben «respetar la autonomía de los profesionales de los medios sin interferir, coaccionar o presionar». Además, se les exige que se expresen utilizando «un lenguaje adecuado y educado evitando en todo momento la demagogia,la manipulación y la deshonestidad».
El Código contempla también la relación de los políticos con su propio partido, al que «deben lealtad», pero sobre el que deben también «dar opiniones críticas con libertad». Además, se les pide que den cuentas de casos de corrupción en el seno de su formación de los que pudieran tener conocimiento.
