La palabra Industria no es muy aceptada por el mundo bodeguero, debido a que cuando de vino se trata prefieren hablar de elaboración o vinificación, sin embargo al ser una actividad muy activa durante todo el año, implica el laboreo del viñedo, cosecha, vinificación, estabilización de los vinos y su embotellado y transporte, donde participan maquinarias y servicios parecidos a otras actividades de las llamadas industriales. De todos modos, de alguna manera hay cierta relación.
Es importante destacar que la vitivinicultura es la actividad más importante de Cafayate. De manera directa beneficia a unas mil familias, y de manera indirecta ese número se triplica en época de cosecha, la que dura en algunos casos más de dos meses. Hablar de la vitivinicultura de Salta es pensar automáticamente en viñas y vinos de altura, estando a 1.700 a 2.200 metros sobre el nivel del mar, una de las más altas del mundo de interés económico.
Esto significa una amplitud térmica comprendida entre los 15 y 20ºC, una temperatura media anual de 18ºC, con noches frescas que permiten una mayor síntesis de aromas, sabores y excelente acumulación de color en los tintos, con una muy buena madurez de los taninos. Se suma a esto la excelente presencia de sol, escasas lluvias, agua-suelo de excelente calidad y el microclima de los valles que permiten obtener vinos muy típicos, con una gran expresión aromática y una muy fuerte personalidad, haciéndolos únicos y con descriptores varietales inconfundibles.
Hay cultivadas un poco más de dos mil hectáreas lo que representa el 1 % a nivel nacional de superficie implantada, es una zona boutique dentro del país, con un gran atractivo e interés por las principales bodegas de Argentina y del mundo (que ven venir el calentamiento global lo que sin duda cambiará el escenario vitivinícola actual y también saben de la pureza y sanidad de esta zona), quienes están poniendo desde hace algunos años los ojos en la región.
Si bien la actividad en Salta lleva más de 100 años, con gran éxito del vino Torrontés en la década del 80/90, cepaje que hizo conocer a los vinos salteños en Argentina y el mundo, también hoy se producen excelentes vinos tintos varietales y de corte, tanto jóvenes como reservas de guarda.
Salta acompañó al cambio vitivinícola argentino a partir de 1987, haciendo un viraje desde la cantidad hacia la calidad, y una importante reconversión varietal, la relación cambiaria del momento permitió incorporar tecnología de ultima generación (en Argentina en los últimos 10 años se invirtieron 1.500 millones de dólares) tanto en viñedos (riego por goteo-plantas injertadas, tractores), bodegas (equipos de recepción-molienda y prensado, sistemas de refrigeración, vasijas de inoxidable, barricas y líneas de embotellado), capacitar a sus técnicos, viajar por el mundo vitivinícola, contratar asesores externos, participar en concursos, etc.
Se sentó una base y los resultados están a la vista, ahora el escenario cambiario es otro y alienta fuertemente las exportaciones de alguna manera, si bien oficialmente no hay grandes incentivos y por otro lado hay un mercado interno importante que consume el 87 % de la producción, lo que redunda en un mayor conocimiento de la zona por parte de los principales mercados internacionales (Estados Unidos, Canadá, Brasil, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Noruega, Suecia, etc.), sumando a esto los importantes premios internacionales obtenidos por los vinos, la visita de prensa especializada internacional. Como si esto fuera poco, el auge turístico de la provincia con un fuerte crecimiento y consolidación del mismo, insertando en esta actividad la Ruta del Vino de Salta, que entrelazada con los paisajes, gastronomía, folklore, artesanías y vinos se convierte en un fuerte atractivo provincial, creando fuente de trabajo no sólo en ciertas épocas del año sino con una continuidad considerable.
Hoy hay trabajando en Salta 27 bodegas en total y de diferentes tamaños, con presencia en el mercado nacional e internacional. La cosecha 2007 fue de 26,4 millones de kilos obteniéndose 19,8 millones de litros de vino.
Las exportaciones de 2006 fueron de 2,64 millones de litros, correspondiendo un 30 % a vino torrontés y el resto vino varietal tinto.
De las 2.046 hectáreas existentes el 55 % corresponde a uvas tintas (Malbec, Cabernet, Tannat, Merlot, Syrah, Bonarda, etc.) y el resto blanca torrontés principalmente con 855 hectáreas y algunas hectáreas de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Chenin). El INV, ente que fiscaliza, controla y sirve de soporte y avala las exportaciones, pasa de Subdelegación Cafayate al rango de Delegación con laboratorio incluido, lo que facilitará la operatoria acortando los tiempos de los análisis de aptitud exportación y libre circulación, dando un fuerte apoyo a la actividad en el aspecto comercial. La Agrupación de los bodegueros en "Bodegas de Salta", institución que tiene como objetivo defender los intereses de la región por un lado protegiendo siempre el origen y la calidad de nuestros vinos y fortaleciendo la promoción de los mismos. También se agruparon los agrónomos y enólogos, con el fin de estar actualizados, capacitados y servir de sostén técnico, acompañando el crecimiento de la actividad y estar atentos a las demandas del mercado.
También es importante destacar el trabajo de los Agrónomos reunidos en el grupo CREA y el apoyo del INTA con los pequeños productores en lo que es el Cambio Rural.
Posicionamiento
Argentina es el quinto productor mundial con una participación de sólo el 2 % en los mercados internacionales, está inserta en el grupo de países productores de vinos del nuevo Mundo (grupo que desde 1.994 creció fuertemente), compitiendo directamente con Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Chile y USA, sabiendo que hay un excedente mundial de vino entre los 50-60 Millones de Hl, se hace fuerte el concepto de buenos vinos varietales a precios competitivos, sabiendo que Australia se hace fuerte con el Syrah, Nueva Zelanda con el sauvignon Blanc y en Salta está el mejor Torrontés del mundo (ícono del vino blanco argentino) y excelente Malbec (ícono del tinto argentino), por eso más que nunca se necesitan incentivos y reglas de juego claras y sustentables en el largo plazo para ser fuertemente competitivos.
José Luis Mounier, es mendocino, tiene 47 años es licenciado en Enología, está casado y tiene tres hijos salteños, Ana, José y Pablo. Pertenece a la cuarta generación de una familia vitivinícola. Su bisabuelo, inmigrante francés, llegó a Mendoza donde cultivó viñedos y construyó una pequeña bodega. Continuó esa actividad su abuelo y junto a su padre aprendió a trabajar los viñedos y elaborar vinos. Realizó viajes técnicos comerciales a Italia, Francia, Holanda, Bélgica, Austria, Reino Unido, España, Canadá, Estados Unidos y Brasil. En varias oportunidades fue jurado en concursos de vinos nacionales e internacionales.
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