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Aunque no llegue a los extremos de la locura de finales de siglo, este año se ha fraguado un "miniboom" alimentado, entre otras cosas, por el empuje de la "Web 2.0" , la segunda generación de servicios basados en internet.
Este ha sido el año de la "web social" , como algunos llaman al fenómeno de la "Web 2.0" , tal y como prueba el triunfo, en ocasiones desmesurado, de sitios de comunicaciones sociales del tipo de LinkedIn, MySpace, YouTube o Facebook.
Por otra parte, las "tecnologías sociales" como los "blogs" , primero, o los "wikis" después, se han extendido como la pólvora.
Incluso las empresas ya utilizan sus propias bitácoras corporativas para promover sus productos, mientras que la "wikimanía" que comenzó Wikipedia, la popular enciclopedia gratuita online, llega ahora a todos los rincones con sitios como Shop Wiki, una guía de compras, o Wiki Travel, sobre viajes.
Los inversores están hambrientos por colocar sus dólares en iniciativas centradas en la web social, hasta el punto de que en el californiano Silicon Valley, cuna de buena parte de las empresas de internet y tecnología de EU, comienzan a producirse señales que recuerdan al "boom" y posterior colapso, de 1999.
Se repiten, por ejemplo, las historias de jovencísimos emprendedores que crean sus empresas en modestos garajes. Este es el caso de FaceBook, uno de los éxitos más sonados este año, creado por Mark Zuckerberg, un joven de 22 años sin ninguna experiencia previa.
Otros antecedentes de esta "Burbuja 2.0" , como algunos ya dan en llamarla, se encuentran en la compra del sitio de telefonía a través de internet Skype por eBay por 2.600 millones de dólares, o la adquisición de MySpace por parte del magnate de los medios Rupert Murdoch.
El último capítulo de esta tendencia se encuentra en los 1.650 millones de dólares que Google pagó por YouTube, compañía creada, cómo no, en un humilde garaje del valle hace menos de dos años.
Tal y como sucedió a finales de siglo, el mercado está prestando más atención al tráfico que circula por una determinada web que a sus beneficios, una tendencia peligrosa que preocupa incluso a los que están ganando dinero con la tendencia.
Entre ellos se encuentra Michael Moritz, de la firma de inversión Sequoia Capital (promotora de, entre otros, YouTube) , quien señaló, tras la adquisición de YouTube por parte de Google, que "hay una tremenda cantidad de dinero estúpido, excepcionalmente tonto, que está fluyendo en Silicon Valley" .
El crecimiento aparentemente imparable de Google y su inmensa capitalización bursátil también atestiguan este auge.
Google volvió a ocupar las portadas de diarios de todo el mundo con, además de la mencionada adquisición, la compra y relanzamiento del editor de textos online Writely, su nuevo servicio de hojas de cálculo o el calendario online.
Por otra parte, del lado de la electrónica este ha sido, una vez más, el año del iPod de Apple, que está tratando de hacer con el vídeo digital que ya incorpora su pequeño reproductor, lo mismo que tiempo atrás hizo con la música.
Al reinado del iPod, no obstante, le salió un competidor poderoso: el Zune, un reproductor digital de música que permite compartir canciones gracias a su tecnología inalámbrica y con el que Microsoft busca hacerse con una parte del pastel de este prometedor mercado.
En la sala de estar, mientras tanto, este año se consolidó la televisión de alta definición, una nueva tecnología que da una mejor calidad de imagen y que trae consigo el auge de las pantallas de cristal líquido, o LCD, que parecen dejar atrás a las de plasma.
Del lado del más puro entretenimiento, la llamada "Guerra de las Consolas" recibió un nuevo impulso con el lanzamiento, a finales de noviembre, de la PlayStation 3, de Sony, y de Wii, de Nintendo.
Ambas llegaron a las tiendas con un año de retraso con respecto a la tercera en discordia, la Xbox 360, de Microsoft, y prometen dar un gran empujón a la poderosísima industria de los vídeo-juegos, siempre en alza.
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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