Chile no había dejado de temblar cuando la red de comercializadores frutícolas de todo el mundo comenzó a cruzar llamados y correos electrónicos para conocer la situación de la oferta frutícola.
El primer dato a tener en cuenta es que, de acuerdo a cifras de WAPA, la Asociación Mundial de la Manzana y la Pera por sus siglas en inglés, Chile estimaba exportar en la presente temporada casi 750 mil toneladas de manzanas. La oferta total del Hemisferio Sur era de 1,65 millones de toneladas, de las que Argentina aportaría este año menos de 200 mil. En el comercio mundial de manzanas Chile es casi 4 veces Argentina y representa algo más del 45 por ciento de la oferta hemisférica. En términos de producción la situación es distinta, Chile produce 1,7 millones de toneladas y exporta casi todo y Argentina produce 800 mil toneladas, destinando la mayor parte a la industria juguera y al mercado interno.
En peras, la oferta de exportación del hemisferio sur es de alrededor de 1,4 millones de toneladas y es liderada por Argentina, que con una producción de 770 mil toneladas vende al exterior 400 mil, mientras que antes del terremoto Chile estimaba producir 182 mil toneladas y exportar 127 mil.
La tierra tiembla
En plena cosecha de manzanas o a punto de inicio, según las variedades, es imposible no imaginar que uno de los terremotos más violentos de la historia del vecino país no haya afectado la cantidad de frutas en las plantas, con mucha fruta en el suelo. Más cuando los epicentros de los temblores se produjeron en las principales zonas frutícolas (ver foto).
El panorama actual es que mientras las frutas que resistieron en las plantas continúan madurando, y en algunos casos perdiendo presión para su conservación y exportación, nadie puede pensar en estos momentos en reanudar las tareas culturales. Según pudo saber FruticulturaSur.com en diálogo con especialistas de la Universidad de Talca, las urgencias de la hora no incluyen a la fruticultura, sino que se concentran en superar el shock; hoy es más importante mantener el orden público y asegurar la satisfacción de las necesidades elementales de alimentos, agua y vivienda que pensar en la cosecha y las exportaciones.
Como puede preverse, la catástrofe natural no afectó sólo a la producción primaria, sino que también alcanzó al conjunto de la cadena. Todavía no existen datos completos fehacientes, pero muchas plantas de empaque y frío resultaron afectadas, lo que significa que a diferencia de lo afirmado por alguna prensa interesada, también se registrará una disminución de la oferta chilena en el mediano plazo. La destrucción de los puertos, al menos 6 en la zona del desastre, también demandará un tiempo de reconstrucción o reacomodamiento, situación que ocurre a pesar del singular comunicado de ASOEX (
ver PDF adjunto), la Asociación de Exportadores chilenos, que el mismo lunes 1° de marzo destacó que los daños eran mínimos y que puertos como el de Valparaíso continuaban funcionando a pleno.
Efervescencia
Ejecutivos de las empresas de Neuquén y Río Negro consultados destacaron que entre los compradores del Hemisferio Norte existe un clima de efervescencia y de intercambio constante de consultas para conocer tanto el alcance de la catástrofe en Chile, como la disponibilidad de fruta argentina para exportación. Un exportador consultado destaco que si bien no existen pedidos de compras concretas por parte de importadores que se abastecían en Chile, si existen muchas consultas.
Producción primaria
De acuerdo a informes de consultores privados chilenos a los que accedió FruticulturaSur.com, el sistema de riego está cortado, aunque no sería un problema en las próximas dos semanas para manzanas y peras. El ausentismo laboral ronda el 60 por ciento en Talca y el 40 en Curicó. En manzanas existen limitaciones para organizar las labores. En la VI y VII región se registraron importantes caídas de frutas, especialmente en las variedades Gala, Fuji, y Granny. En peras, Abate Fetel sería una de las más perjudicadas, con pérdidas que podrían llegar al 25 por ciento de la cosecha. En Packams las pérdidas serían del 10 por ciento.
Empaque y frío
En Talca, una de las regiones más afectadas, se estima una operatividad de 40 por ciento y en Curicó de alrededor del 55 por ciento. En el caso de la fruta almacenada se evaluó un daño de más del 10 por ciento. En Talca, por ejemplo, un 20 por ciento de la fruta resultó estropeada por escapes de amoníaco. Un segundo problema en los empaques es el ausentismo laboral, que es del 60 por ciento en Talca y del 20 en Curicó. De acuerdo a IQonsulting hoy 2 de cada 5 empaques tienen de 80 a 100 por ciento de ausentismo.
El tercer problema es el abastecimiento de energía eléctrica. No sólo por los cortes del suministro, sino por la afectación de costos para quienes están trabajando con generadores propios. También existen problemas indirectos, como dificultades en la provisión de envases y material de cartón.
Logística
El puerto de Valparaíso estaría funcionando con el 70 por ciento de su infraestructura intacta, aunque con importantes daños en el resto. El puerto de San Antonio, también con daños importantes, recién comenzó a operar muy lentamente el miércoles. El aeropuerto de Santiago no está aun trabajando con cargas. Hay muchos caminos dañados, pero en muchos casos es posible transitar con dificultades por vías alternativas.
Evaluación preliminar
El 60 por ciento de la cosecha de manzanas chilenas se encuentra en las zonas que fueron epicentro de los sucesivos terremotos. Las evaluaciones más conservadoras y menos interesadas hablan de una caída de no menos del 20 por ciento en la oferta exportable de Galas, lo que sólo por esta variedad representa una caída del 10 por ciento en la oferta exportable total, es decir unas 70.000 toneladas menos. Una parte de la merma será por caída de frutos y el resto por las dificultades en los eslabones superiores de la cadena productiva. De todas maneras, no son pocos los analistas que hablan de una merma total de las exportaciones de más de 200.000 toneladas como mínimo, lo que significa una caída del 26 por ciento de la oferta externa chilena y del 12 por ciento de la oferta hemisférica. Los escenarios más pesimistas aun no pueden evaluarse, pues dependen de los tiempos de recuperación de los daños provocados por los sismos y de que estos hayan terminado.
Quienes producen y exportan manzanas en el resto del mundo se verán involuntariamente favorecidos y seguramente pelearán por los nichos de mercado abandonados a raíz de la tragedia en el vecino país.
En peras el escenario es menos dramático por diversas razones, pero principalmente porque la presencia chilena en la oferta hemisférica es menos relevante y porque la producción de peras no se concentra en las zonas afectadas. La estimación más conservadora habla de una caída de las exportaciones de unas 12.000 toneladas, algo menos del 16 por ciento.
Entre tantas noticias "buenas" para los exportadores fuera de Chile, no se descartan algunos nubarrones, por ejemplo, que parte de la fruta chilena dañada que no quedó apta para las ventas en ultramar presione la oferta del mercado interno argentino y de Brasil.