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Rodrigo González Fernández, abre este blog para OFRECER un punto de encuento, de dialogo , de opinión, de debate para los agricultores de Chile. Los invito a postear, a participar, a aportar a nuestra industria del Siglo 21, en este mundo global .Busquemos una verdadera, efectiva y eficaz representacion Un fraternal abrazo a todos.
La actividad agropecuaria es la actividad productiva más antigua de la humanidad; este simple hecho implica que es el sector que ha experimentado el mayor número de políticas públicas.
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Las principales tendencias y desafíos del sector vitivinícola serán analizados hoy en Mendoza en la segunda edición del Foro Internacional Vitivinícola organizado por Bodegas de Argentina. En esta edición, bajo el título "El negocio mundial del vino en el 2015", especialistas internacionales abordarán las principales tendencias en el mercado mundial de vinos, los cambios en los estilos de vinos en el mundo y en la distribución de vinos en Brasil, Europa y Estados Unidos. Carlos Cabral (Brasil) expondrá sobre "Distribución de vinos en Brasil"; Alfredo Bartholomaus (EEUU), sobre "Distribución de vinos" en ese país; Patrick Ducournau (Francia), "Tendencias de los estilos de vino"; y Aurelio Montes (Chile), "Tendencias de los estilos de vino". Por su parte, Robin Day (Australia) y Roger Boulton (EEUU) disertarán sobre el "Panorama vitivinícola mundial"; mientras que Alan Cordery (España) hará lo propio sobre el "Mercado de vinos básicos en Europa". En el 2005 asistieron más de 800 personas, entre las cuales se destacaron ejecutivos de más de 250 compañías líderes del sector. sALUDOS RODRIGO GONZÁLEZ fERNÁNDEZ, COLECCIONVINOS.BLOGSPOT.COM |
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Por Mariana Martínez
Cuenta la historia que el gringo William Cole (foto 3), muy bueno para la comida sana y natural, llegó a Chile a finales de los 90 en busca de tierras para producir las mejores frutas de exportación. Pero fue en esa búsqueda, cuando por casualidad conoció y se enamoró del Valle de Casablanca. Entonces para quedarse a vivir allí no le quedó otra alternativa que cambiar las frutas de exportación por viñedos de los cepajes que gustan del frío y sus vinos finos.
William hoy está radicado en Casablanca, dedicando su tiempo al campo y sus viñedos. Además sus servicios de maquila (como se le llama a la vinificación y embotellado a terceros) se han posicionado de maravilla en este valle con muchos viñedos y muy pocas bodegas. Pero a la vez tanto movimiento y hasta tacos durante las cosechas, también le ha generado algunos dolores de cabeza.
Paula Cárdenas, a cargo de la bodega desde sus inicios con la cosecha 2001, se fue a viña Mátetic en marzo de este año, y Francoise Massoc, quien había llegado apenas unos meses antes decidió abandonar el barco junto con ella. Entre tanto tomó el timón Peter Mackey, enólogo neocelandés consultor de la empresa de asesorías Southern Cross.
Poco sabía irremediablemente Mackey al momento de llegar a William Cole sobre sus viñedos, así es que de la mano de Roberto Millán (jefe de bodega) este kiwi hizo lo que pudo. Y por lo que probamos la semana pasada en la bodega, lo hizo bastante bien. No sólo logró diferenciar y justificar con claridad sus dos sauvignon 2006 Alto Vuelo ($4-800) y Mirador ($3.800). Además, se dio el lujo de crear un tercer sauvignon por encima de los otros dos.
Al primero de los tres blancos, lo creó como el mismo Mackey lo describe, para beber sin intelectualismos, en un bar, por suerte –pienso- cada vez más menos junto al humo de el cigarrillo. El segundo, en tanto, es ya para sentarse a la mesa junto a un plato de comida -ahora sí, definitivamente sin nada de puchos-.
La estrategia para lograr tales diferencias, sin tener definido el potencial del viñedo, se concentró en cosechar diferentes niveles de madurez y la selección del viñedo de un sólo clon (el 5), considerado por Mackey como el que logró tener el mejor desempeño durante esta extraña cosecha 2006. Es decir, ante la madurez que tardó en llegar, mantuvo muy buena acidez y expresión frutal.
Para Mirador, un vino que golpea la nariz sin sutileza alguna –y así hacernos reaccionar entre el bullicio del bar y del humo -, empleó las uvas de la primera cosecha, las de mayor exposición al sol. En medio de su rica acidez, sus notas recuerdan al limón amarillo, maracuyá y también a un dejo ayeguado que lo hacen franco.
Para Alto Vuelo, mucho más sutil en nariz al inicio, pero más intenso y complejo a medida que se va abriendo en nuestras copas -mientras vamos saboreando cada bocado del plato que lo acompaña, ojalá un pescado a punto a la plancha- Mackey destinó los cuarteles con madurez más tardía. Y para ganar esa mayor untuosidad en boca que bien le caracteriza trabajó intensamente con sus lías (levaduras muertas).
Finalmente para darle el toque que requería este tercer sauvignon, de categoría más alta ($11.000) que llamaron Bill, Mackey decidió darle a las uvas más tardías, cosechadas además con la precisión de tres tiempos diferentes, la inclemente guarda en madera durante doce semanas. Y para aplacar el efecto de la barrica le agregó un 15% de Alto Vuelo (sin nada de madera). El resultado hoy es un vino muy complejo en nariz y con una gran boca. Con deliciosas notas a mandarinas y grosellas, muy semejantes a aquellas que encontramos en el Reserva de Torreón de Paredes 2006, pero que para nuestra sorpresa en éste se ocultaron bajo la vainilla cuando lo probamos un mes más tarde.
A Bill le podría pasar lo mismo que al Torreón, pero para pelear contra ello en el tiempo tiene una boca impresionante, la rica acidez de Casablanca y gran concentración de frutas. Una boca en la que las notas herbáceas del gooseberry o grosella verde, quedan lingering (colgadas y campaneando) al final del retrogusto.
Pero eso no fue todo, al final del este gran trío de sauvignon, se presentó una vertical de los pinot noir de William Cole (de 2001 a 2006). La experiencia demostró que William Cole también ha tenido una búsqueda difícil con esta bien compleja cepa, muy en especial por su tendencia a dejarse llevar a por las condiciones particulares de la cosecha. Es decir, sí el año 2001 se demostró demasiado cálido y de capa caída, el 2002 brilló por una muy rica fruta aún en pie.
2003 y 2004 en tanto dejaron una sensación de excesos, de alcohol, madera y extracción. Y cuando ya todo indicaba que el clon que les había dado vida debería morir (el clon Valdivieso) apareció un sorprendente pinot 2005 (hecho por la mano con toque francés de Massoc); un pinot elegante, sutil y cálido –a la chilena a fin de cuentas – pero delicado y delicioso.
Supimos ese día que la búsqueda de un gran pinot para William Cole había terminado al menos con el clon Valdivieso y que habrá que esperar dos años más para que los nuevos clones plantados por el gringo Bill en su viñedo den lo suyo, y así volver a delinear un nuevo camino más largo ahora -esperamos- junto a Mackey.
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El vino en Sudáfrica lleva mucho tiempo dando vueltas. Una de sus fincas ejemplares, Groot Constantia, fue fundada en el 1685. El Constantia de aquellos tiempos era un vino intenso hecho de las cepas Muscat de Alexandria y Muscadel, de paladar meloso y complejo. Uno de sus fanáticos lo era Napoleón Bonaparte. En aquellos tiempos, Constantia era un vino de aristocracia y alcurnia. La realidad histórica de un país invadido y colonizado, enmarañado en luchas de clases y razas, nos ha revelado, como gran ironía, lo inútil e insensato de lucrarse mediante el prejuicio contra el prójimo.
Sudáfrica goza de un clima marítimo-continental, muy parecido a la ciudad de San Francisco, en California. La vid crece fácil y sin complicaciones. Las regiones más conocidas lo son Constantia, Paarl y Stellenbosch. Paarl queda a unas 50 millas de Ciudad del Cabo y produce de todo un poco, con muy buenos ejemplos de Chenin Blanc y Chardonnay para vinos blancos, los tintos buenos son de Cabernet Sauvignon, Shiraz (el de Australia) y Pinotage, una cepa autóctona desarrollada en Sudáfrica. Paarl es la sede de la cooperativa nacional, la KWV y es el centro más importante de desarrollo de viticultura. El sub-distrito de Wellington cuenta con unos 30 viveros de uva, lo cual rinde en el 90% de los esquejes que se plantan en Sudáfrica.
La Universidad de Stellenbosch es el centro académico para enología y viticultura de Sudáfrica. Stellenbosch es un área montañosa que ha captado la atención de muchos productores y enólogos y es hoy en día la región de moda para nuevas bodegas. Stellenbosh promete ser la región cimera gracias al junte de la Universidad y sus suelos.
Mini urbanauta
¿Puerto Rico, pseudo-apartheid? En la fila del Alimentario, Evelyn Berríos me cobra el Café Yaucono que le envío a mi hermana a California. Le pregunto el por qué usa una capa como- “Supermán, este es el sábado de Supermán, pero cuando yo sugerí el sábado de Bomba y Plena, nadie quiso, porque aquí nadie se atreve a vestirse de negro, coño...”
Fuentes
En este escrito se hizo referencia a los siguientes portales en internet:
“Growing Pains”, escrito por Will Lyons, publicado en la revista Scotland on Sundaycorrespondiente al 30 de julio de 2006, encuéntrelo en living.scotsman.com
“SA Black Vintners makes inroads into wine market” en South African Wine News : wine.co.za
“Computers and The Apartheid regime in South Africa” tomado de un trabajo estudiantil, aparece en el portal de la Universidad de Stanford: stanford.edu
Para formar su opinión de Puerto Rico ¿pseudo apartheid?, lea a “Narciso descubre su trasero”, por Isabelo Zenón Cruz.
Constantia está en vías de volver a cosechar laudos, gracias a sus vinos tranquilos hechos de la Cabernet Sauvignon y otras varietales o cultivars conocidas internacionalmente. Todo es muy cuesta arriba para Sudáfrica. Hay luchas que nunca parecen acabar.
“ ay , que el esclavo fue mi abuelo, es mi pena.
si hubiese sido el amo, sería mi verguenza”
Julia de Burgos
Un poco de historia
Sudáfrica ha tenido altas y bajas en términos de producción y viticultura, desde la colonización Inglesa y Holandesa durante el siglo XVII hasta nuestros días. La travesía comienza cuando La Dutch East India Company estableció un centro de provisiones en Ciudad del Cabo para servir a los navíos con rumbo a la India en el 1652, creando demanda para vino bueno, barato y fresco para el resto del viaje.
En el siglo XVII la Dutch East India Company cae en deterioro y termina en bancarrota en el 1798. El giro económico del siglo XIX provoca un aumento en demanda y producción, suben de .5 a 4.5 millones de litros de vino, gracias a los Ingleses. Esto también supone un aumento en viñedos , principalmente en las regiones cercanas a Ciudad del Cabo. A causa del fin de cierto pleito entre Francia e Inglaterra, los ingleses dejan de comprar vino sudafricano en el 1861. Como si esto fuera poco, en el 1886 llega la filoxera, el áfido devastador, plaga que acaba con las vides y obliga a replantar. La guerra Anglo-Boer comenzó en el 1899. El saldo de esta guerra entre ingleses y Afrikaaners fue de unos 75,000 muertos, de los cuales 20,000 fueron africanos nativos de raza y etnia negra.
No hay tregua en Sudáfrica. No olviden que tanto en el viñedo como en las minas de diamantes aplica el verso de Corretjer: “gloria a las manos negras porque trabajaban”.
En el 1918 un visionario de nombre Charles Kohler establece la KWV, la cooperativa nacional de vinateros. Esta organización continúa vigente y activa, amparando a muchos productores que utilizan el sello del KWV como garantía de origen y calidad.
En el 1925, un profesor de nombre Perold logra un cruce entre las cepas Pinot Noir y Cinsault, creando un híbrido distintivo para Sudáfrica, el cual llamó Pinotage. La idea era crear un vino con los aromas y el pedigrí de la Pinot Noir que tuviese la resistencia y el rendimiento de la Mediterránea Cinsault. El resultado no fue ni uno ni lo otro, pero el híbrido resultó interesante y útil.
En el 1948 se ponen en efecto las leyes que crean el apartheid. La actividad política de Nelson Mandela por el fin del apartheid, está en su momento cumbre. Mandela es quien no tolera que el racismo venga de un hombre blanco o de un hombre negro. En 1962 Nelson Mandela es juzgado por salir del país ilegalmente y sentenciado a cárcel.
La industria del vino en Sudáfrica va a entrar de lleno en su peor pesadilla. El mundo del vino está de luna de miel con Francia, España y el resto del Nuevo Mundo. El vino está de moda y Sudáfrica no está en el baile. Nadie compra sus vinos. Este ciclo acabaría con el derogamiento del régimen de Apartheid por FW de Klerk y la conmutación de sentencia y puesta en libertad de Nelson Mandela.
El futuro: dueños de Bodegas
La cepa Pinotage: una que otra botella aparece y es bonita y peculiar. La Chenin Blanc, apodada “Steen” en Sudáfrica , está muy bien adaptada al territorio de Paarl, rinde vinos ligeros y francos, con notas minerales en nariz. Hay mucho vino corriente y bien hecho bajo la etiqueta del KWV, son en su mayoría refrescantes y correctos. En los últimos 15 años han ocurrido dos fenómenos. Uno de ellos es la inversión foránea en Sudáfrica, lo que trae dinero y tecnología para aplicarse con el fin de crear vinos apropiados para exportación. En verdad, la idea es hacer vino sudafricano que guste y entretenga primero, los vinos grandes llegarán a su tiempo.
Un ejemplo de esta iniciativa lo es la bodega Glen Carlou que pertenece al conglomerado de International Hess Group, conocido por sus vinos de California, Hess Select y Hess Collection. Los vinos de Glen Carlou han sido reseñados con frecuencia y captan la atención de los catadores enseguida. El comentario típico es algo así como “Vaya, ¿esto es de dónde?” Como cuando le preguntan a usted si es boricua y no le creen. El Chardonnay de Glen Carlou es muy bueno, créanme.
El otro fenómeno es el desarrollo de bodegas cuyos dueños son sudafricanos negros. Las bodegas Blouvlei, Mia Cara Wines, LaThiTha Wines y House of Lindiwe, entre otras, forman parte de la SABVA (South African Black Vintners Alliance), una organización que alienta y promueve el cambio hacia la integración. En palabras de su actual directora, Vivian Kleinhans : “By representing the collective interests of its members, we create a supporting and non-intimidating environment for black wine producers”.
Sudáfrica produce el 3.1% del total de vino que se hace mundialmente. Tan solo el 1.5% de la industria está en manos de africanos nativos negros. Existe la percepción de que sus vinos son inferiores, por estar hechos con manos negras. Hay esperanzas. Hace apenas dos años, el primer africano nativo negro logró diplomarse de enología de la Universidad de Stellenbosch. En el mismo artículo de ‘Scotland on Sunday’ fechado el pasado 30 de julio de 2006, se menciona que un conglomerado de accionistas negros controlan el 25% de la KWV en la actualidad. Todos estos avances son fruto del ‘Black Empowerment Act’, una ley de empoderamiento y transformación en pos de equidad y justicia. Roguemos al Señor.
A la fecha, no hay vinos de productores sudafricanos negros en Puerto Rico... que yo sepa.
Al igual que los vinos, la minería es una gran industria y Sudáfrica también es rica en diamantes. Estoy feliz de que Tego Calderón ya no los use. Yo prefiero los vinos al bling-bling.
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