Por Eduardo Alonso ¿Se imagina a un huaso de Talca o de Osorno en el corazón de Manhattan junto a Madonna?
Imposible. ¿Qué podría hacer un chileno junto a la cantante entre tantos rascacielos en esa jungla de cemento?
La pregunta tiene una buena respuesta porque hay un chileno -que no es cantante-, que dio el gran salto de su vida y hoy, parte de su tiempo, lo comparte con Madonna. Claro que lejos de los escenarios de la reina del pop, que, semanalmente, deja su mundo de las luminarias para transformarse en una insigne "amazona".
Samuel Parot, el "huaso" -así lo apodan sus amigos- es el privilegiado que tiene en Madonna a una alumna aventajada; a ella en vivo y en directo, en las afueras de Nueva York, para mejorar los secretos de saltar a caballo, de salvar vallas, controlar las riendas y acercarse al "animal más noble", como los identifica Parot.
¿Cómo llegó a trabajar Parot con Madonna? En Nueva York se hizo muy amigo del fotógrafo Steve Klein, uno de los mejores del mundo y quien a su vez es el reportero gráfico personal de la artista.
"En una reunión social en Nueva York se habló la posibilidad de hacerle clases a Madonna y así fue que llegó a "mi oficina", donde tengo algunos caballos y hago clases", señala Parot, uno de los mejores equitadores nacionales.
Con temperamento y disciplinada
Para este huaso chileno que ha recorrido el mundo a caballo, Madonna (1,64 de estatura) "es una mujer tremendamente profesional, de una energía envidiable, muy disciplinada", cuenta
"No deja nada a la improvisación. Nunca se sale del libreto, lo que tiene planificado lo cumple a la perfección. Si su trabajo lo hace tremendamente bien arriba del escenario, es porque he encontrado en ella una muy buena alumna, dispuesta a continuar aprendiendo bajo una disciplina tremenda", la describe.
"Esa fuerza -agrega- que le conocemos cuando actúa, es la misma que entrega para la equitación; una disciplina que necesita horas y horas de práctica. No tengo ninguna duda, llegará a ser una muy buena equitadora porque cada objetivo y meta que se plantea la logra".
-¿Son amigos?
-Somos profesionales. Ella es una buena discípula de mis clases, una alumna aventajada que incluso quiere adquirir un rancho para dedicarle más tiempo a la equitación, una de sus pasiones. Steve Klein sí es mi amigo y ha descubierto que este deporte se presta para excelentes fotografías, y si además las riendas las lleva Madonna, espectacular.
-¿Cómo llega a las clases con chofer, con guardaespaldas?
-Lo normal para una persona como Madonna. Con un chofer, en un vehículo 4 x 4 con vidrios polarizados, que es lo habitual, y un mínimo de amistades o familiares...
-¿Es realmente tan fuerte como aparece en escena?
-Es tremendamente fuerte y se alimenta en base a comida orgánica. Ya lo señalé, nunca se sale del libreto y mantiene su disciplina, arriba y fuera del escenario. Su tenacidad es inmensa y, por lo mismo, creo que seguirá siendo noticia con sus espectaculares shows, pero también por sus saltos en la equitación.
Del campo a la city...
Aunque nacido en Talca, su infancia fue con su familia en Osorno -donde el rodeo no tenía secretos para su padre, del mismo nombre-, lugar en que Samuel Parot comenzó a pensar en grande.
Llegó a Santiago, defendió a la UC en el Polo, viajó a Europa, se radicó a partir del 2003 entre Holanda y Francia, para regresar a Sudamérica y alternar con los mejores poleros de Argentina.
"Nunca digo stop, no he parado jamás, soy muy inquieto y quiero ser el mejor equitador del mundo, llegar a defender a mi país en los Juegos Olímpicos y el día que logre una medalla olímpica diré basta".