energías renovables no convencionales también
Angelini evalúa crear nueva eléctrica, entrar en concesiones y más plantas de celulosa
A un año del fallecimiento del fundador del grupo, Anacleto Angelini Fabbri, el conglomerado está lejos del letargo. Bajo el mando de Roberto Angelini Rossi, presidente de Empresas Copec, el grupo trabaja en ampliar su presencia en sus negocios tradicionales e ingresar a otros nuevos.
Valeria Ibarra Maldonado
El estilo que impuso Anacleto Angelini en el grupo empresarial que formó hace más de 40 años sigue vigente a un año de su fallecimiento. Hoy, con el mando de su sobrino Roberto Angelini Rossi, el conglomerado -considerado entre las mayores fortunas de América Latina, según Forbes, con más de US$ 6.000 millones-apuesta a sus sectores estrella, la celulosa y los combustibles, pero además se prepara para crecer fuerte en nuevos proyectos. Su estrategia en adelante apunta a fortalecer su presencia en el sector eléctrico, y por eso evalúa crear una nueva generadora, entrar al negocio de concesiones de infraestructura en el sur del país y potenciar el sector forestal en Brasil y Uruguay, entre otros planes.
Roberto Angelini, presidente de Empresas Copec, afirma que tras la partida del fundador, han seguido trabajando fuerte. "(Don Anacleto) estuvo permanentemente, y hasta el final, involucrado en cada uno de los negocios, tanto grandes, como medianos y chicos. Y eso es lo que seguimos haciendo. Seguimos adelante, fortaleciéndonos en el sector forestal, en energía y carbón", dice.
En el área energética, los dados están lanzados. Y la apuesta tiene nombre: Isla Riesco. Ahí pondrán US$300 millones y el carbón que exploten hacia el año 2010 sería vendido a las termoeléctricas del país. También se estudia crear una central propia, que funcione con el energético de Isla Riesco, lo que implicaría gestar una nueva empresa eléctrica, posiblemente en el norte de Chile. El proyecto lo desarrollaría Empresas Copec, aunque no se descarta que otras compañías del grupo lo hagan, sostienen ejecutivos de Angelini.
A la par de eso, se analizan varios proyectos de energías renovables no convencionales y también se ha estudiado -preliminarmente, eso sí- la alternativa de la energía nuclear.
Otra área que está en la mira de Angelini son las concesiones de infraestructura. A través de Inversiones Siemel, el grupo busca oportunidades en este rubro, especialmente en el sur del país, donde pueden haber sinergias con el sector forestal, confidencia un ejecutivo de Antarchile. Belfi, Siemel y Besalco postulan hoy a hacerse de la carretera que une Concepción con Coronel, lo que incluye el puente sobre el Bío Bío, explicó el gerente general de la primera de estas empresas, Enrique Elgueta. El proyecto, que supone sobre US$ 100 millones de inversión, está hoy en etapa de precalificación.
Hay otros planes en marcha de lo más variopintos. En Corpesca, el conglomerado pesquero que tiene el 80% de la pesca del Norte Grande, estudian una planta para elaborar productos de consumo humano -conservas y congelados- pero necesitan para ello aumentar las capturas de jurel. También en esta firma tienen concesiones para desarrollar ostiones y abalones, un sector que no ha resultado tan rentable. "Lo estamos pensando más", dice un profesional del área pesquera del grupo Angelini.
También Siemel tiene inversiones inmobiliarias como el edificio en El Golf; el 67% en Olave, productores de aceite de oliva, así como inversiones tecnológicas como Woodtech.
URUGUAY Y BRASIL
La otra apuesta es el sector forestal, donde a través de Arauco seguirán fortaleciéndose. El brazo forestal de Angelini tiene que crecer y donde tienen más oportunidades para hacerlo es el Cono Sur. De ahí que Arauco vea tener un complejo industrial similar a los que hay en Nueva Aldea o Valdivia, que costaron cada uno como US$1.300 millones, pero en Uruguay y Brasil.
En el primer país, para ampliar su masa forestal se analiza adquirir bosques a gigantes como Stora Enso o Weyerhaeuser, así como comprar plantaciones a fondos de inversión, y luego desarrollar las fábricas para producir celulosa, paneles y madera. Y en Brasil, donde ya están asociados con los suecos de Stora, la opción más viable es hacerse de masa forestal comprando a tenedores de tierra locales y luego industrializarla. Aunque también está la opción de adquirir un complejo industrial forestal -en Uruguay no los hay- o asociarse con un actor relevante del mercado, ambas son alternativas más difíciles para Arauco, debido a que la empresa "sólo excepcionalmente busca socios y además tiene que haber una situación de propiedad muy clara para que se involucre", señala un ejecutivo.
Arauco, además, apuesta a convertirse en una productora relevante de pino en Uruguay y Brasil, lo que supone una diferenciación con su competencia en esos países que le daría una gran ventaja.
¿Y en Argentina? La forestal apuesta allí a tener un crecimiento orgánico: comprar bosques, replantar y ampliar líneas de producción ya existentes. Eso implica invertir este año US$ 60 millones, consolidándose como la mayor forestal de Argentina.
