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Muchas persona suelen hablar de "colecciones" de vinos como si se tratara de cuadros, discos o estampillas. En realidad una bodega casera nunca debe verse como eso, ya que el vino no está hecho para ser coleccionado, sino para ser bebido. |
Muchas persona suelen hablar de "colecciones" de vinos como si se tratara de cuadros, discos o estampillas. En realidad una bodega casera nunca debe verse como eso, ya que el vino no está hecho para ser coleccionado, sino para ser bebido.
No obstante parece claro lo que queremos decir al hablar de una colección básica de botellas: las necesarias para mantener una reserva que nos permita tener siempre a mano el vino indicado, en el momento preciso.
La colección del degustador iniciado (24 botellas)
Cuando se dan los primeros pasos en el tema, lo ideal es aprender a reconocer los aromas y sabores básicos de los distintos tipos de vinos.
- 6 botellas de los varietales blancos más reconocidos: Chenin, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Semillón, Riesling y Torrontés.
- 6 botellas siguiendo el mismo esquema pero en tintos: Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Syrah, Pinot Noir y Tempranillo.
- 4 botellas de tintos genéricos premiun, para guarda prolongada: pueden ser Perdriel del Centenario, Finca los nobles Malbec-Verdot, Arnaldo B Etchart y Miguel Escorihuela Gascón.
- 4 botella de vinos espumantes de estilos bien diferenciados: 1 Henri Pipe Extra Brut (elaborado en tanque, fresco y frutado), 1 Bianchi (elaborado en botella, cremoso, con cuerpo) 1 Santa Florentina Brut de Torrontés (aromático, original) y 1 Terra Malbec Espumante (tinto, seco, carnoso, muy singular). Opción Brut Imperial de Möet & Chandon
- 4 botellas de vinos fortificados, secos y dulces: 2 Jereces (un fino y un amontillado), 1 Oporto Tawny de 20 años y 1 Moscatel de Málaga.
La colección del eterno anfitrión (48 botellas)
Ideal para aquellos que acostumbran recibir invitados. En este caso, los vinos responden a los diferentes paladares, y las cantidades son mayores.
- 12 botellas de blancos, 2 aromáticos, 4 livianos y 6 potentes y estructurados: los primeros Torrontés de Salta y Sauvignon Blanc chileno. Los ligeros y frescos pueden transitar por el Semillón de Río Negro y de Mendoza. Para los potentes, nada mejor que los Chardonnay elaborados en roble que abundan en el mercado.
- 22 botellas de tintos, 14 varietales jóvenes y 8 premiums de guarda: para los primeros mucho Malbec, algo de Merlot y Cabernet. Para los tops, Catena Zapata, Enzo Bianchi, Graffigna Centenario, Enzo Bianchi y Alta Vista Allto, dos de cada uno.
- 8 botellas de espumante: 4 champanes franceses de buena marca y cosecha y cuatro nacionales, tal vez incluyendo un buen rosé como el Baron B.
- 6 vinos fortificados y de postre: 2 Manzanillas, 2 Oportos, 2 Sauternes, 1 Vin Santo italiano y 1 Moscatel de Mireval del Mediterráneo francés.
La colección del asador dominguero.
Para el gran asador argentino, esta colección y un aplauso.
- Varias botellas de tinto, para los buenos amigos: vinos clásicos, dignos e importantes, especialmente Rutini, Colon, Graffigna, Trapiche, etc.
- Varias botellas de tinto, para los vecinos y conocidos: algo más simple, varietales jóvenes o genéricos de precios moderados.
- Además: varias botellas de tinto, o damajuanas, o lo que sea, para el grupo de amigos más atorrantes e impresentables, de esos con los que uno se junta a jugar al truco y al fútbol.
Fuente: Revista Joy
Autor: Gustavo Choren
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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Renato Sánchez 3586
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Santiago-Chile
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