VIENA.- Sólo un impuesto especial sobre los combustibles fósiles y el dióxido de carbono (CO2) permitirá que las energías renovables sean plenamente competitivas y ocupen un lugar más importante en la combinación energética para frenar el cambio climático.
Así lo dijo a Efe en vísperas de la cumbre de Copenhague el director general de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Kandeh Yumkella.
"Debemos comenzar con las medidas contra el cambio climático ahora mismo si queremos solucionar el problema (del cambio climático) antes de 2030", aseguró el economista sierraleonés en una entrevista en la sede de este organismo en Viena.
"No podemos esperar. La industria necesita tiempo para adaptarse. Si esperamos ahora, deberemos responder a un crisis", agregó.
Según Yumkella, el coste de las energías renovables, como la eólica o solar, sigue siendo muy elevado comparado con la generación de electricidad generada con carbón y carburantes fósiles.
"Necesitamos continuar con la investigación y el desarrollo para reducir los costos para poder competir con el petróleo y el carbón, sea como sea", aseveró.
En algunos países ya se han aplicado impuestos sobre el CO2, con penalizaciones para la contaminación, como por ejemplo en Noruega.
"Allí la industria se adaptó inmediatamente y empezó a investigar la captación del dióxido de carbono", recordó Yumkella.
Las energías renovables "son sólo una solución a largo plazo, ya que en lo inmediato el mundo seguirá dependiendo del petróleo y del carbón, probablemente hasta el año 2050", agregó.
"Por eso, la captación y el depósito de carbono es tan importante. A las ONG no les gusta porque alegan que distrae de la reducción de las emisiones contaminantes. Pero lo esencial es que necesitamos combustibles y tecnologías de transición", dijo Yumkella.
Según el máximo responsable de ONUDI, los líderes en la investigación de las energías renovables son China y la Unión Europea (UE), que a diferencia de Estados Unidos "disponen de una clara política pública para fomentar y crear un mercado para esas tecnologías".
"Conozco banqueros que invierten en energías renovables debido la claridad de los objetivos de la UE", afirmó Yumkella, quien dirige además un foro interdisciplinario de la ONU relacionado con la energía y el desarrollo sostenible y asesorará durante la Cumbre de Copenhague al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"Desafortunadamente, EEUU no tiene un objetivo claro a nivel federal, aunque sí a nivel de Estados y municipios", precisó Yumkella.
"Pero lo que es realmente interesante en Estados Unidos son las empresas que ven al sector como una oportunidad de negocio, ya que si no se mueven, otros van a desarrollar la tecnología del futuro y ellas no se quieren quedar atrás", explicó.
Según el funcionario internacional, China es el país con más activos en este sector, por lo que no se le debe tener miedo como principal contaminador, ya que el gigante asiático está invirtiendo más recursos que nadie en las energías renovables.
"China se mueve porque necesita asegurarse sus fuentes energéticas. Vemos lo mismo en Europa, donde se mueven por la competitividad (económica)", explicó.
"Estamos viviendo una revolución de la energía limpia, lentamente en todo el mundo, porque todos saben que si se quedan atrás serán otros lo que desarrollen las tecnologías", concluyó Yumkella.