Santiago, ( 8 /9 /2008 ).- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Agricultura presentaron hoy un estudio que revela que seis millones de chilenas y chilenos construyen su vida en territorios rurales. Titulada "Desarrollo Humano en Chile rural. Seis millones por nuevos caminos", la investigación constata que Chile es más rural de lo que se piensa, que lo rural no está desapareciendo y que, lejos de eso, está lleno de potencialidad. El estudio indica que lo rural "ha cambiado tanto" que ya casi no se le reconoce con ese nombre y que, para identificarlo, es necesario un nuevo enfoque, un nuevo lenguaje y una nueva forma de medición. El informe fue elaborado a partir de una amplia base empírica, cuyos datos, en su mayoría, fueron producidos especialmente para este estudio. También se utilizó información secundaria proveniente de fuentes públicas y privadas. Asimismo, se contó con la contribución de expertos, investigadores e instituciones de diferentes regiones de Chile. El PNUD por encargo del Ministerio de Agricultura, construyó el informe sobre la base de información empírica primaria y secundaria reunida a partir de diferentes instrumentos metodológicos de tipo cualitativo y cuantitativo. Para ello, se realizó una encuesta de desarrollo humano a 1.400 habitantes de los territorios rurales, cifra considerada como representativa de los mayores de 18 años residentes en hogares ubicados en asentamientos humanos de menos de 160 mil habitantes entre las regiones de Coquimbo y de Los Lagos. En forma paralela, a partir de la opinión de un panel de expertos, se definió una muestra estructural de 240 casos de miembros de las elites locales y provinciales de los territorios rurales del país. Junto con ello, se realizaron entrevistas en profundidad a miembros de la elite nacional con incidencia en lo rural. La Ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, destacó la solidez de la investigación realizada en conjunto con el organismo internacional. Asimismo, destacó que es una gran satisfacción constatar "los efectos de casi dos décadas de políticas públicas focalizadas especialmente en el mundo rural, las cuales han significado avances concretos para tantos chilenos y tantas chilenas". "Y por eso mismo, tenemos por delante un gran desafío. Claramente las condiciones han mejorado. Lejos están la miseria y la marginalidad, hay adelantos, tecnología, educación, conectividad. Pero nos falta, aún hay pasos que dar para integrar a esos seis millones de chilenos a los beneficios que implica el crecimiento de la productividad silvoagropecuaria. Sobre todo frente a la misión país de hacer de Chile una Potencia Alimentaria y Forestal. Y en eso estamos empeñados, para eso estamos trabajando", dijo la secretaria de Estado. Por su parte, el Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas, Enrique Ganuza, dijo que el PNUD espera que este informe "nos ayude a crear un diálogo en relación con el lugar que el país quiere darle a lo rural en el futuro. Por ejemplo, frente a la meta: Chile una potencia agroalimentaria, el país debe preguntarse ¿cuál es el tipo de sociedad que se requiere para lograr esa meta? y ¿cuál es el tipo de sociedad que deseamos construir a partir de ella?" CRECIMIENTO Respaldándose en los indicadores económicos que dan cuenta del crecimiento del sector silvoagropecuario de los últimos años, el estudio revela que la ruralidad en Chile es mucho más grande de lo que suele pensarse y que, por ello, en ningún caso puede decirse de ella que esté desapareciendo, sino que, por el contrario, está llena de potencialidad y desafíos. Y si bien la definición oficial actualmente considera como rurales a cerca de 2 millones de personas, en la definición de este Informe de Desarrollo Humano se consideran como tales casi 6 millones de personas. El PNUD precisó que esta medición se basa en una definición de ruralidad que es completamente diferente de la usada por las mediciones oficiales. "Ninguna es correcta o incorrecta. Se trata de opciones distintas que, en el caso de este Informe apunta a generar un cambio en la manera de mirar lo rural en Chile, visibilizando su actual presencia en la sociedad chilena", señala el estudio. El informe usa el concepto de ruralidad en un sentido ampliado, definiendo como tales a los territorios donde la actividad económica preponderante lo que no significa mayoritaria ni menos única- es piscisilvoagropecuaria, ya sea en su inmediata condición de actividad en el espacio natural, como también en sus formas mediatas pero igualmente vinculadas a eslabones de las nuevas cadenas productivas. La producción del sector piscisilvoagropecuario y la industria alimentaria se ha incrementado de modo sostenido en las últimas décadas y a tasas superiores a las del resto de la economía, impactando de modo radical la manera de vivir en los territorios rurales. El PIB agropecuario pasó desde el equivalente a 452 mil millones de pesos en 1960 a 3.080 mil millones en 2007 (ambos en moneda de 2003). Así, la actividad productiva relacionada de modo directo e indirecto con lo piscisilvoagropecuario, en las diversas expresiones y niveles en que ella se despliega, es parte esencial de las oportunidades de desarrollo humano de un conjunto muy amplio de personas. IDENTIDAD RURAL Lo sorprendente es que, si bien los habitantes rurales saben que sus localidades dependen preferentemente de la agricultura, sólo una parte de ellos trabaja en ella. Esa característica, junto con un conjunto de otros cambios en la forma de vivir lo rural, hace que hoy la propia identidad rural esté en entredicho. Hoy lo rural está desafiado hasta en su nombre. La pregunta acerca de qué es rural sigue siendo un desafío de la mayor importancia y que por cierto no tiene respuestas únicas sino múltiples, y todas ellas polémicas. El informe constata que hoy en los territorios rurales se vive de una manera distinta. Los habitantes de los territorios rurales se sienten cercanos, integrados y conectados entre sí y con el conjunto de la sociedad. En buena medida esto se debe a los avances en conectividad vial y comunicaciones, que expresan de modo paradigmático el avance en las condiciones de vida en estos territorios. El progreso que llegó es hoy una constatación generalizada que se instala incluso como una conversación de sentido común. Esa situación representa un logro mayor que debe ser valorado en toda su trascendencia. REDUCCIÓN DE LA POBREZA El mundo rural hoy ya no es el de la miseria antigua, el de la pobreza, el analfabetismo, el abuso, la lejanía. La pobreza de ingresos se ha reducido de manera notable en la última década. Hoy todos tienen celular, televisión y viven a 30 minutos de sus trabajos, del consultorio, comercio o municipalidad. La mayor parte de sus ingresos son extraprediales y en dinero. Pero tampoco es aquel lugar bucólico y romántico de naturaleza impoluta y gente "confiada": hoy en el mundo rural la gente es más desconfiada que en las grandes ciudades. Así, la antigua ruralidad cambia y se disuelve en una nueva relación entre las ciudades de tamaño intermedio y los campos, al punto de que hoy puede decirse sin riesgo de decir un absurdo que "lo rural hoy también es urbano". Junto al reconocimiento de los avances, los habitantes de los territorios rurales plantean sus dudas respecto del futuro. Su historia de transformaciones ha hecho que las personas hoy valoren ampliamente el progreso que llegó a los territorios rurales. No obstante, hoy se levanta una crítica sobre la calidad de las oportunidades existentes y una interrogante acerca del futuro. La gran pregunta parece ser: ¿Cómo avanzar desde el "piso" ya ganado a la expansión del "techo" de oportunidades? |