José Cibrián Tovar, titular CONAFOR: "NO VAMOS A SUSTITUIR BOSQUES POR PLANTACIONES COMERCIALES" Sin indicar con tantas palabras hasta dónde el gobierno federal tiene que apoyar y proteger a las comunidades forestales, José Cibrián Tovar, el director general de CONAFOR, considera los decretos anunciados por Calderón como "una forma de promover y estimular el desarrollo rural". Van en dos temas: uno sobre el uso del papel, lo más que se puede reciclado. Y el otro es que vengan los muebles de oficina desde áreas certificadas.
El biólogo acabo de presentar el megaproyecto "Cuenca Forestal Industrial Golfo de México" que -dentro del marco del Plan Puebla Panamá- estimulará plantaciones comerciales en cinco estados del sureste en una superficie total de 2.4 millones de hectáreas. Y justo después de la entrevista firmó un convenio con la empresa Quaker State, para que esta donara y plantara dos millones de árboles. Comenta: "En México importamos una cantidad importante de celulosas y seguiremos en los próximos años haciéndolo hasta que tengamos suficientes plantaciones en nuestro propio país. Mientras, lo más importante es consumir papel reciclado." Continúa: "En el caso de los muebles se está dando un valor agregado. En Oaxaca, varias comunidades fabrican muebles escolares. En otros estados como Michoacán, Campeche, Chiapas, Veracruz y Guerrero, también existen fábricas de muebles de los mismos ejidos y comunidades. Si el gobierno necesita muebles, los va a comprar de ellos. Es un ejemplo hacia la sociedad, en todos los sentidos. El mismo estímulo que estamos dando al sector forestal, o rural en general, se justifica con la venta de estos productos en el mercado. Se está dando para la infraestructura, no para la compra de los muebles." No se ve mucha integración entre la política económica y la ambiental. Las comunidades están dispuestas de reforestar para proteger el agua y para combatir los cambios climáticos. La deforestación en México aumenta en un 20% las emisiones de gases con efecto invernadero, pero con una reforestación masiva, distraemos la atención de otros sectores que siguen impactando en los cambios climáticos. ¿Cuál política hay para incluir a los sectores productivos en los cambios ambientales? A finales del 2006 se estableció un consejo empresarial forestal. El objetivo es juntar un grupo de representantes que tuviera acceso a la Secretaría de Economía y tener portavoz en la política forestal. Se trata de empresarios forestales grandes, aunque también se integran las uniones de productores forestales rurales. Por el otro lado está la transversalidad, involucrando a otras dependencias en el esquema ambiental. Tenemos que ser más eficientes en los cultivos agrícolas y en lugar de mantener una ganadería extensiva, ocupar de manera eficiente los espacios, los que ahora también estamos usando para plantaciones comerciales forestales, sobre todo en el sur. Tenemos que coordinar con SAGARPA el ordenamiento territorial regional y promover mayor productividad en la parte agropecuaria, para aumentar de esta manera también la productividad y producción en el sector forestal. Se puede traspasar proyectos de Conservación y Restauración de Suelos hacia la CDI y a SEDESOL para que se sumen a estos procesos. Se enfatizó aquí el programa de Pago por Servicios Ambientales, que está en auge. En varias comunidades me han preguntado: "Ahora nos dan ingresos, pero cuando termina el programa, ¿qué van a exigir de nosotros?" El programa sólo es para cinco años, para poder transitar hacia un mercado (inter)nacional donde los que contaminan paguen un impuesto a los que protejan los recursos naturales e ir generando que la misma sociedad pague estos servicios. En Saltillo, Coahuila, la sociedad paga mensualmente en su recibo del agua, para la captura del agua en la zona de Sapalinamé y la gente ya lo está haciendo de manera natural. Ya está sustituyendo el subsidio del gobierno. Tal vez no hemos concluido bien el mercadeo de estos servicios, pero tiene que transitar hacia un mercado. En Jalisco, ya lo aceptó el Congreso. Es un esquema muy creciente, donde se está convenciendo a la población. Aprecio los estímulos del gobierno, pero veo poca prevención en otros sectores en su estilo de consumo. El Sumidero en Chiapas está tapizado con desechos sólidos; carreteras se inundan, porque están tapados los coladeros. No creo que el consumo en México tenga que crecer, sino redistribuir mejor y disminuir los problemas para el medio ambiente. Claro, entre ellos estimular el reciclaje. Sí. Lo positivo del decreto de Calderón es que se va a necesitar una infraestructura para facilitar el reciclaje de papel. Es un paso, pero ¿cómo se van a relacionar los estímulos y la prevención? La parte de los estímulos está clara. La prevención ya involucra toda la Secretaría del Medio Ambiente y la de Salud y la de Educación Pública. En algunas partes se empieza a separar la basura y se ve el reciclamiento del PET. Aún así, no hay un esquema diversificado que permita esta prevención de gran envergadura. Por eso hay que complementar el sistema de estímulos de que estábamos hablando. Tenemos los estímulos, tenemos programas de reforestación, de conservación y de restauración de suelos. Por el otro lado, la producción de madera sigue a la baja. Esto no se va a resolver con plantaciones forestales a corto plazo. ¿Cuál será la expectativa para que durante el sexenio actual se revierta esta tendencia? El balance comercial en este sector muestra un déficit de más de cinco mil millones de dólares, y que ha crecido de manera dramática. Tiene que ver con un aprovechamiento sustentable de los bosques que ya están. Aunque tenemos una silvicultura comunitaria tan fuerte, su impacto aún no se refleja suficientemente en el mercado. Estamos impulsando una línea muy densa hacia este esquema. Queremos subir en este 2007 el aprovechamiento en las comunidades con al menos 600 mil metros cúbicos para frenar un poco esta caída y por el otro lado fortalecer las plantaciones forestales con 120 mil hectáreas para este 2007, encima de los 90 mil que hasta ahora tenemos, cuando mucho. Esto se va a reflejar a través de los años. El esquema numero uno es incorporar mejor el manejo forestal comunitario. Ahora tenemos una producción de unos siete millones de metros cúbicos. Con un mejor aprovechamiento comunitario podríamos llegar a un millón más. Pero la demanda es de casi 16 millones. El tema de los biocombustibles ha jalado mucho hacia el maíz, caña y soja. En el caso de Oaxaca se está mencionando un proyecto con árboles nativos. ¿Cuáles perspectivas hay para producir más biocombustibles, sin reemplazar recursos forestales por maíz y caña? Dentro de las plantaciones comerciales se está incluyendo la Jatropha, por ejemplo en 5 mil hectáreas en Chiapas. Ahí ya existe una planta de biodiesel y están trabajando dos camiones del ayuntamiento con este combustible, resultado de las plantaciones de Jatropha. Se están reproduciendo semillas y estamos trabajando en la línea de investigación de esta especie, que también existe en Campeche y Tabasco. ¿El impulso a las plantaciones no va a presionar a la biodiversidad de los bosques naturales? A pesar de tanto cuidado comunitario, se está cambiando la composición de los bosques. En el Golfo de México, ya para el próximo año tenemos un potencial de 300 a 500 mil hectáreas de plantaciones, fomentando corredores biológicos sin afectar las selvas originales. Van a estar en suelos que sufrieron un cambio por motivos agropecuarios. Esta vez, ningún bosque o selva será convertido en una plantación forestal. Y de preferencia vamos a tener plantaciones con especies nativas, aunque no descarto algunas especies importadas como la melina. Tenemos superficies muy vastas para las plantaciones forestales. Estamos investigando cuencas en Chihuahua y Durango por su potencial, no sólo forestal, sino también agropecuario. Para esto estamos haciendo los estudios de ordenamiento territorial regional. No vamos a sustituir, ya tenemos suficientes bosques perturbados. |