Con 18 años de experiencia en el trabajo del campo, junto a los Padres Canadienses, el Padre Eduardo Morín asegura que lograr las condiciones idóneas para el trabajo del temporero no sólo beneficia a los mismos trabajadores sino que también a la productividad de las empresas.
En todos estos años de trabajo junto a temporeros de diversas zonas, ¿qué ha podido notar que esperan laboralmente?
Ellos esperan que se les tome en cuenta en cuanto a buen trato, a capacidad de opinar y capacidad de mejorar el trabajo. Que se les considere como personas y que se rescate su experiencia, hay gente que hace 30 años trabaja en esto. También lo que esperan de una empresa es que haya diálogo, que se valorice el trabajo que hacen, porque son gente noble, padres de familia y esposos, que sacrifican dos o tres meses del año para salir de sus hogares.
Y frente a esto, ¿que es lo que pretende hoy la Mesa de Diálogo Social y Laboral del Sector Frutícola?
Con ASOEX (la Asociación de Exportadores de Chile) y Fedefruta (Federación de Productores de Fruta de Chile) estamos muy preocupados de darle un estatus especial al temporero, que no es como cualquier trabajador de campo, porque él tiene un trabajo de temporada, de dos, tres o cuatro meses solamente. Debe tener un estatus especial, que permita ver de manera particular cuestiones importantes, como las jubilaciones, por ejemplo. Cuando se hicieron las leyes laborales no se tenía clara la figura del temporero, su naturaleza totalmente distinta. Ahora, hay que flexibilizar la ley y adaptarla a esa gente.
¿Cuáles son logros que ha alcanzado en cuanto a eso, desde su formación en 2008?
Muchísimos. Primero, que exista un diálogo permanente con respecto a esto, cosa que antes no existía. Además, se ha logado tener credibilidad a nivel de gobierno, porque somos una organización que tiene presencia; cuando la mesa de diálogo presenta propuestas concretas, tanto a nivel del Ministerio del Trabajo como del Ministerio de Agricultura, somos escuchados. También, la Mesa de Diálogo del Sector Frutícola pertenece a la Mesa de Diálogo Agrícola, entonces desde este sector estamos aportando a otros sectores del campo.
¿Por qué es tan importante, bajo el punto de vista de la responsabilidad social de la empresa, considerar a los trabajadores temporeros?
El mejor rendimiento de la empresa, porque los trabajadores se sienten parte de la empresa, no en contra de ella. Esto incentiva al trabajador a ser más eficiente, a respetar las normas establecidas por la propia empresa porque la consideran como de ellos. Cuando trabajas con una persona y ella está muy contenta con respecto a su remuneración, contrato y condiciones, va a ir a trabajar con gusto. Si se da lo contrario, va a tener un trabajo mediocre, no se la va a jugar. Hay grupos más violentos en algunas regiones que se han unido para luchar por sus derechos pero de mala manera, provocando a violencia.
Por eso la gente se ha dado cuenta que se necesita abrir un diálogo franco con los trabajadores de Chile, que se les permita un comité paritario y sindicatos. Es mucho más fácil tratar con un sindicato debidamente constituido y respetuoso con la empresa. Si no hay dialogo, esto se presta para la violencia, que es lo que queremos evitar.
¿Y cree que las compañías de la industria frutícola local han comprendido esto?
En Chile hay empresas que todavía no entienden eso. Pero hay bastantes empresarios que sí están conscientes de esto, que por aquí va el futuro del sector.
¿Y cuáles son los referentes en el mundo dentro de la regulación del trabajo de temporada?
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene normas bastante claras con respecto al trabajo digno. Por otro lado, hay países que para importar productos determinan normas en cuanto a condiciones laborales y a cómo se produce la fruta. La mayoría de los países que importan nuestros productos están exigiendo a Chile ciertas condiciones, y esto ayuda a que cambie la mentalidad de los empresarios chilenos. La tendencia mundial es a regular el trabajo de los temporeros.