YA ERA HORA QUE TOMARAN UNA INICIATIVA LEGAL EN CONJUNTO
Lleulleu: víctimas se unen para demandar al fisco
GIOVANNI CALABRANO Y J.C. ULLOA EL MERCURIO
CONCEPCIÓN.- Cansados de la falta de justicia, los dueños de cabañas en el lago Lleulleu, víctimas de sucesivos ataques incendiarios en el área del conflicto mapuche, preparan una demanda colectiva en contra del Estado. En los últimos 10 años, 18 cabañas fueron quemadas, e incluso el empresario Osvaldo Carvajal no pudo realizar un proyecto turístico por 52 ataques, entre 1997 y 2005.
Mónica Streeter, quien vio desaparecer su "segundo hogar" el 11 de marzo de 2007, lidera un movimiento entre los afectados para demandar en conjunto al fisco por los daños sufridos y la ineficacia para ubicar a los agresores. "Hemos puesto denuncias, pero de forma particular no sacamos nada. No son actos mapuches, son terroristas", recalca.
El Ministerio Público tiene un equipo de tres fiscales a cargo de investigar delitos en la zona. Pero sólo en un caso imputó responsabilidad por incendio, sin éxito. El lonco Avelino Meñaco fue formalizado por la quema de la cabaña de Williams Martínez el 12 de octubre de 2007. El Tribunal Oral de Cañete lo absolvió por pruebas insuficientes.
Rubén López, cuya cabaña fue destruida el 15 de noviembre de 2002, se queja: "Dicen que los antecedentes no entregan responsables, que son encapuchados, que atacan de noche".
Pero para cada dueño, la cabaña es parte de su historia. "Hace 24 años, la edad que tiene mi hijo hoy, compramos entre cinco familias una hectárea. Al principio nos quedábamos en carpas hasta que logramos tener cabañas para cada uno. Ripiamos el camino y siempre cuidamos el ambiente", cuenta Mónica Streeter.
Otros corrieron la misma suerte. Ninguno pudo evitar que sus cabañas, en el sector Antulafquén, fueran incendiadas.
Su amiga y vecina, Jacqueline Steinnez, dice: "Cuando comenzaron los incendios estuvimos como dos años veraneando con guardias privados para resguardar nuestra seguridad durante la noche. Sabíamos que el ambiente era peligroso y tarde o temprano nos iba a tocar".
El empresario Eduardo Ebensperger recuerda con nostalgia el día en que celebró las bodas de oro de sus padres en su casa del lago Lleulleu. "Traje 150 familiares y amigos desde Santiago y los alojé en todo el sector, en cabañas y hostales, por todo el fin de semana. Fue una celebración maravillosa", cuenta. El 12 de abril último un llamado telefónico le advirtió que nada quedaba de su casa de 300 m{+2}.
Lo mismo sufrió Gregorio Corvalán Basterrecher. Todos los fines de semana viajaba desde Coronel a Lleulleu con su esposa, aquejada de cáncer, quien disfrutaba mirando el lago desde el balcón. Le quemaron la casa dos veces. Su mujer falleció y ya no quiso volver al lugar.
Fuente:EL MERCURIO
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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU