Algunas asociaciones, como es el caso de EBEN España, llevantrabajando y difundiendo la propuesta de laética económica y empresarial desde hace más de 20años, pero no se trata ahora de apelar al "ya lo decíamosnosotros". Sin embargo, sí que sería convenienteplantearse algunas preguntas que ayuden a hacer de lapropuesta ética algo realmente fructífero para laempresa. Desde mi punto de vista, hay una que es clave: es necesario que la empresa y los que se dedican desde laacademia a investigar y formar en ética empresarial concretemos y consensuemos qué área de la empresa es la quegestiona la ética y la RSE.
Cualquier directivo de empresa bien formado sabe qué parte de la empresa es la que gestiona el marketing, las
finanzas, etc., y sus interrelaciones. Sin embargo, cuando preguntamos a estos mismos directivos qué es lo quegestiona la ética y la RSE, y en muchas ocasiones lo mismo ocurre cuando preguntamos a los profesores de estamateria, responden con cosas como "es algo transversal, que debe estar presente en todas las áreas de laempresa". Como si el resto de aspectos, el marketing o las finanzas por ejemplo, no fueran también transversales.
Y es cierto que es transversal y que debe estar presente en toda la empresa, pero creo que es necesariotambién buscar su especificidad e intentar responder a la cuestión ¿qué gestiona la ética y la RSE, que le hacemerecedora de tener un departamento o directivo que se dedique a estos asuntos dentro de las organizaciones Notener una respuesta clara a esta pregunta es lo que, en mi opinión, hace que hoy en día nos encontremos en ciertamedida atascados en el desarrollo de estos aspectos dentro de las organizaciones.
Hacer un poco de memoria y ver cómo ha ido evolucionando en la empresa el tema de la RSE ayudará a ver cómohemos llegado hasta aquí. Por mucho que nos pese, la entrada de la RSE en las empresas fue, en general, a travésde la acción social, que no es que sea mala cosa, pero costó un tiempo acabar con la confusión entre ambascuestiones. En estos inicios, las empresas sabían a qué se dedicaba el directivo de turno, a distribuir parte de losbeneficios entre diferentes causas solidarias. Seguramente por este motivo hubo un auge de este tema y hubo tantasempresas que hicieron esto de la acción social francamente bien.
Pasada esta primera etapa y aclarada la distinción entre acción social y RSE, llegó el momento de la comunicación, ytodo lo que esta implica de gestión en las empresas. Se inició el boom de las memorias de RSE y todos susderivados. También en esta fase se sabía a qué se dedicaba el responsable de estos asuntos: a recoger los datos delo que hacía la empresa en esta materia, ordenarlos y darles un formato de comunicación lo más ameno posible. Quenadie interprete que estoy restando valor a este aspecto de la comunicación.
Por el contrario, la comunicación de la empresa, y su transparencia, me parece un asunto vital para la ética y la RSE.En cualquier caso, también en este momento estaba claro a qué se dedicaban las personas que estaban en losdepartamentos de RSE. Quizá la consecuencia de esto es que España ha sido una de los países con más empresasque han realizado su memoria de RSE siguiendo el modelo de GRI.
Podríamos decir, de manera muy sintética, que cuando estábamos en estas cosas llegó la crisis y empezamos a ver,algunos, que algo no debíamos haber hecho muy bien para llegar a esta situación. En definitiva, se vio que la ética y laRSE debían llegar a lo más hondo de la empresa, al núcleo duro de su gestión, pues de otro modo pierde gran partede su potencial y efectividad.
No es ahora momento de hablar de esto, pero sí que nos debe ayudar a realizar una reflexión crítica: ¿qué podríamoshacer para que las empresas que han pasado por las etapas anteriores incorporen la ética y la RSE, las que no lohayan hecho ya, como un área de gestión a la altura del resto de ámbitos de las organizaciones? Es verdad que conesta pregunta estoy dando por descontado que la ética y la RSE debe ser un ámbito de gestión específica, además deuna propuesta transversal y que esté presente en todo el quehacer de la empresa. Ciertamente esto puede serdiscutible, pero, desde mi punto de vista, es necesario que así sea para que de verdad cuajen en las empresas yformen parte de sus preocupaciones. Ahora bien, si esto es así, la pregunta que cabe hacerse es: ¿qué debegestionar la ética y la RSE?
En Europa, la Comisión Europea, en su última comunicación sobre la materia, nos da una nueva definición de la RSE,a saber:
-
sociedad». Y concreta como dos de sus grandes objetivos
los
-
accionistas
y
- "identificar, prevenir y atenuar sus posibles consecuencias
adversas."
No es que esté en contra de lo que afirma la Comisión Europea, pero, en primer lugar, seguimos sin saberexactamente qué gestiona la RSE, pues todas las áreas de la empresa buscan, o deberían buscar, "maximizar lacreación de valor". Y algo parecido podríamos decir del segundo objetivo: es obvio que todo lo que se hace en laempresa genera impactos, de otro modo simplemente no se haría, pero creo que es muy limitado decir que la RSEdebe dedicarse a gestionar impactos.
Tampoco nos resuelve, entonces, esta nueva definición de la Comisión Europea la pregunta queplanteábamos. Veamos, pues, qué es eso que, desde mi punto de vista, podría gestionar la ética y la RSE. Para elloes necesario empezar distinguiendo entre estos dos conceptos. Entiendo lo segundo, la RSE, como un modelo degestión que concreta la práctica ética cotidiana de la empresa; y la primera, la ética, como el marco de valores queinspira dicha práctica cotidiana.
Por tanto, podríamos decir que la ética gestiona, dicho en lenguaje empresarial, la cultura corporativa. Es cierto que enla cultura de una empresa no sólo están los valores, pero estos son el núcleo básico y fundamental. En este sentido,el responsable de la ética de una empresa, que podría identificarse con el director de cultura corporativa y debe ser elencargado de sistematizar y concretar la propuesta ética de la empresa; es decir, la manera de ser y hacer las cosasen la organización.
A partir de aquí entraría la RSE, que, como decía antes, pone en prácticas cotidianas dicha cultura corporativa. En estesentido, la RSE gestiona y ayuda a definir cómo deben ser esas prácticas. En definitiva, busca la coherencia delquehacer cotidiano de la organización con la propuesta ética que encierra la cultura definida. Y para hacer todo estetrabajo, hay dos elementos básicos que debe encerrar cualquier modelo de gestión socialmente
responsable:
Estos aspectos, cómo habla la empresa con sus diferentes grupos de interés y cómo da cuentas de la integración delas expectativas legítimas de dichos grupos de interés, es también una tarea básica de la gestión de la ética y laRSE. Ahondar en estas cuestiones es, desde mi punto de vista, fundamental para seguir avanzando en laintegración real y efectiva de la ética y la RSE como un ámbito fundamental de la gestión de la empresa.