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La actividad agropecuaria es la actividad productiva más antigua de la humanidad; este simple hecho implica que es el sector que ha experimentado el mayor número de políticas públicas.

lunes, diciembre 18, 2006

banco mundial: análisis

EL ANALISIS

Análisis realizado por: Banco Mundial


FMI: América Latina y Caribe



Washinton, 13 de diciembre 2006

Rodrigo González fernández, director de consultajuridicachile.blogspot.com ha dicho que "La actividad económica en América Latina y el Caribe repuntó durante el curso de 2006 y se prevé que para la región en su conjunto el PIB aumentará 5%. El crecimiento más rápido obedece a las condiciones internacionales favorables, con tasas de interés bajas, precios elevados para los productos básicos y una robusta demanda de importación, así como a la distensión de la política monetaria en Brasil y México, dos de las economías más grandes de la región". (Banco Mundial)


A pesar de que surgieron tensiones en algunos países, principalmente Argentina y la República Bolivariana de Venezuela, la situación general es saludable, con un robusto crecimiento desde una perspectiva histórica, una inflación media moderada de un solo dígito y, en promedio, superávit fiscales y en cuenta corrientEn México, el PIB aumentó 5,1% (de año en año) en el primer semestre de 2006 a medida que las bajas tasas de interés impulsaban la demanda interna y la actividad en el sector de la construcción. El aumento de las exportaciones de automóviles a Estados Unidos y las exportaciones de petróleo también incidieron en este resultado. Para el año en su conjunto, se prevé un crecimiento del 4,5%, cifra que es 1,5 puntos porcentuales superior a la de 2005.

Las bajas tasas de interés también respaldaron un aumento del 3,5% en el PIB de Brasil durante el primer semestre del año, cifra que, según las previsiones, también será el resultado del crecimiento para el año en su conjunto, lo que implica una aceleración de 1,2 puntos porcentuales. De todos modos, el crecimiento de Brasil se ve limitado por la tasa de interés real, que se mantiene en un nivel superior al 10%, y la consiguiente moneda fuerte, que restringe el aumento de las exportaciones.

En Argentina y la República Bolivariana de Venezuela, el ritmo de crecimiento ha disminuido pero es aún extremadamente alto, y se prevé que el PIB aumentará de manera insostenible 7,7% y 8,5%, impulsado por incrementos del 8,3% y el 12,3% en la demanda interna, respectivamente. A pesar de que ambos países experimentaron profundas recesiones en el período 2002–03, se ha eliminado la brecha entre el producto efectivo y el potencial y se estima que la demanda superará la oferta interna en un 3,3% y un 1,9%, respectivamente.

A raíz de este desequilibrio entre la demanda y la oferta internas, los saldos en cuenta corriente de ambos países se han deteriorado, aunque se prevé que seguirán registrando superávit (2,2% y 17,1% del PIB, respectivamente) en 2006. En estas condiciones, la inflación ha repuntado y supera el 10% en ambos países. En el caso de Argentina, esta suba se ha producido a pesar de la congelación de los precios en varios sectores que generó consecuencias perjudiciales para la inversión y la oferta sectoriales.

En la República Bolivariana de Venezuela, las limitaciones relativas a la oferta se han magnificado debido a que la compañía petrolera estatal y las empresas petroleras privadas (desalentadas por la actitud del gobierno contraria a la libre empresa, los elevados impuestos y las regalías) han reducido las inversiones, lo que ha contribuido a una disminución de la producción de petróleo.

Otros países de la región también están creciendo rápidamente. En Chile, Colombia y Perú, el ritmo de crecimiento del PIB ha disminuido pero se calcula que ha permanecido en un sólido 5% este año. En América Central, los elevados precios de los cultivos de exportación de la región y la sólida afluencia de remesas han compensando parcialmente los efectos de los altos precios de la energía en el ingreso.

Estos factores, sumados al aumento de la afluencia de inversiones externas e internas tras la concertación de los tratados de libre comercio con Estados Unidos, sustentaron el alza del 4,5%, aproximadamente, en el PIB de Honduras durante 2006, y la expansión del 4,1% en Guatemala.

El sólido crecimiento y el aumento de los precios del petróleo incidieron en el deterioro de los saldos en cuenta corriente, que superaron el 4% del PIB en Costa Rica, Guatemala y Panamá. Si bien los niveles de deuda pública son aún elevados en muchos países centroamericanos y el servicio de la deuda impone una pesada carga a las cuentas públicas, el aumento de la ayuda multilateral, el alivio de la deuda y los flujos de remesas han incrementado las reservas internacionales con la consiguiente disminución del riesgo de inestabilidad monetaria.

El crecimiento de los países del Caribe se benefició con la sólida afluencia de IED en los sectores del turismo y la minería, la recuperación de las exportaciones no tradicionales y debido, también, a que la temporada de huracanes fue mucho menos destructiva que en 2005. Se prevé que Jamaica tendrá un crecimiento de alrededor del 3%, una marcada mejora respecto de los resultados de los años noventa.

Según las cálculos, la producción de la República Dominicana ha aumentado 8,5% como resultado de la reactivación de la economía tras la crisis monetaria de 2003. A raíz de este sólido crecimiento y a pesar de haberse aplicado una política monetaria restrictiva, se ha generado una tendencia al alza de la inflación, que sumada a la crisis en el sector de la electricidad, está menoscabando la competitividad del país y ha contribuido a un deterioro equivalente a un 2,8% del PIB en su saldo de la cuenta corriente en 2006.

Trinidad y Tabago ha gozado de un sólido crecimiento en años recientes debido a los elevados precios de la energía y al rápido aumento de los niveles de inversión. Se estima que el crecimiento se ha acelerado aún más hasta alcanzar el 12% en 2006, pero están comenzando a surgir presiones sobre los precios y se prevé que la inflación llegará al 7,9%.

La incertidumbre respecto de las elecciones y la futura orientación de la política de tasas de interés de Estados Unidos contribuyeron a la volatilidad del mercado financiero en la primavera de 2006. Las monedas de varios países se depreciaron, en algunos casos luego de haberse apreciado (Colombia y Brasil).

También hubo una importante corrección en los mercados de valores. No obstante, este episodio no afectó particularmente a la región debido a la mejor posición fiscal y el menor endeudamiento de los países que la integran. Además, las primas de riesgo, tras aumentar levemente, han vuelto a disminuir y en la actualidad ascienden a sólo 20 puntos por encima de su nivel mínimo histórico.

Panorama a mediano plazo

Según las proyecciones, la finalización de la tendencia al alza e incluso una disminución de los precios de las principales exportaciones de productos básicos de la región, la menor demanda de importación de Estados Unidos, las limitaciones de la capacidad y el retorno a tasas de crecimiento más sostenibles en algunas de las economías de la región que están creciendo más rápidamente, provocarán una disminución en el crecimiento regional de alrededor del 4% para 2008.

La mayor parte de la desaceleración obedece a la disminución del ritmo de crecimiento de Argentina y la República Bolivariana de Venezuela. Sin incluir estos dos países, se prevé que en el resto de la región la expansión sólo se moderará 0,7 puntos porcentuales.

En Argentina, el endurecimiento de la política monetaria, el aumento de las filtraciones de ingresos y la disminución de la demanda de inversión como resultado de la reducción en el margen de utilidad ocasionada por los altos costos internos contribuirían, de acuerdo con las previsiones, a una desaceleración del crecimiento hasta llegar a aproximadamente el 4% para 2008, cifra que de todos modos es muy superior a la tasa tendencial de crecimiento del país.

Según las proyecciones, en la República Bolivariana de Venezuela el crecimiento disminuirá al 5,5%, aproximadamente para 2008 debido, en parte, a que se reducirá la contribución del gasto público al aumento de la demanda a raíz de la merma en los ingresos ocasionada por la caída de los precios del petróleo y el estancamiento de la producción, y en razón de que, para efectuar la misma contribución, el gasto debería seguir aumentando un 14% anualmente como lo ha hecho durante los últimos años.

Además, se prevé, como en el caso de Argentina, que la alta inflación interna, el rápido aumento de los sueldos y salarios, las limitaciones de la capacidad interna y el aumento de las filtraciones de ingresos, reducirán el ritmo de la producción y contribuirán a una disminución equivalente a 9,5% del PIB en el superávit en cuenta corriente de la República Bolivariana de Venezuela.

Se estima que la desaceleración será menos pronunciada en el resto de la región. La disminución de la demanda de importación en los Estados Unidos en 2007 afectará a muchas economías de la región, principalmente a México, donde se prevé que el crecimiento disminuirá al 3,5%. Para Brasil, el panorama es levemente mejor debido, en parte, a que su economía externa está menos ligada a las importaciones de Estados Unidos.

Según las proyecciones, el crecimiento de las exportaciones será más lento, aunque seguirá siendo relativamente robusto gracias a que persistirá la sólida demanda de las economías emergentes de Asia. Al mismo tiempo, la baja de las tasas de interés internas debería contribuir a reactivar las inversiones en 2007. En Chile persistirá el crecimiento robusto sustentado por factores similares así como por la reciente concertación de un tratado de libre comercio con China.

Se prevé que en varios países del Caribe (entre ellos San Vicente y las Granadinas y Dominica) el producto disminuirá a tono con la menor producción de azúcar y bananas tras el resultado decepcionante de la negociación de un acuerdo de asociación económica con la Unión Europea.

En otros países, estos efectos podrían ser compensados por nuevas mejoras en los sectores de minería y de servicios financieros (Trinidad y Tabago, Barbados) o de turismo (Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía).

Tras la reciente asunción de una nueva legislatura elegida democráticamente y ante las perspectivas de consolidar las mejoras en la situación política y en materia de seguridad, Haití debería experimentar una recuperación económica moderada, con un crecimiento del PIB del 2,7% en 2007.

En general, se prevé que la disminución de los precios de los productos básicos y la robusta demanda interna contribuirán a deteriorar el saldo en cuenta corriente de la región, que pasaría de un superávit del 1,9% del PIB en 2006 al 1%, aproximadamente, en 2008.

Riesgos y dificultades normativas

El panorama depende de la resolución de varias incertidumbres. En la situación más extrema, podría ocurrir que no se concrete la desaceleración relativamente gradual prevista para la República Bolivariana de Venezuela y Argentina.

Si la demanda interna se sigue expandiendo a tasas excesivas, probablemente surgirán presiones inflacionarias y la posición en la cuenta corriente se deteriorará con una rapidez mayor que la prevista.

En esa situación, aumentaría la probabilidad de un “aterrizaje brusco”, que incluiría tasas de interés mucho más altas y la posibilidad, en el caso de Argentina, de otra depreciación importante de la moneda.

En otros países de la región predominan los riesgos de que la situación se deteriore. Dada la importancia relativa de los Estados Unidos como punto de destino para las exportaciones regionales, la región sería particularmente sensible a un cambio desfavorable más grave que el previsto en ese país, como el que se produciría tras una marcada disminución en los precios de las viviendas.

Ese “escenario” tendría impactos directos, pues se reduciría la demanda de exportación, así como también importantes efectos indirectos, pues el crecimiento más lento de Estados Unidos y de la economía mundial podría dar lugar a que los precios de los productos básicos disminuyan con más rapidez que la prevista, generando así una reducción de los ingresos y los saldos en cuenta corriente de la región superior a la que se hubiera esperado en otras circunstancias.

En el caso de los países importadores de petróleo, el impacto de la disminución en los precios del petróleo podría compensar la baja en los precios de las exportaciones, pero el impacto global negativo podría ser importante para los exportadores de petróleo y los países con abundantes productos básicos.

Otro riesgo que persiste en la región nace de la posibilidad de que los desequilibrios mundiales se resuelvan de una manera desordenada. Esta situación podría tener efectos similares a los de una desaceleración inducida por el precio de las viviendas, pero probablemente iría acompañada de aumentos de las tasas de interés y de las primas de riesgo, que incrementarían los costos para los países muy endeudados de la región.

Si bien el mejoramiento de los aspectos fundamentales, como la disminución del volumen de deuda y las posiciones relativamente líquidas tras el prefinanciamiento de las obligaciones de deuda en 2007, deberían proteger a muchos de los países de la región de las consecuencias potenciales más graves de una marcada reversión de las tendencias de las tasas de interés, esas consecuencias podrían ser graves para los países cuya relación de endeudamiento es aún elevada (Argentina, Chile, Colombia, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay).

Informe BMI

Banco Mundial Internacional.

Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM
Renato Sánchez 3586 dep 10
Santiago, Chile

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