Las nuevas metas de la industria de alimentos
El próximo año Chile exportará US$ 12 mil millones en alimentos. Los principales rubros revelan sus estrategias para aprovechar cambios en la demanda
El objetivo está claro: Chile tiene todo para ser una potencia alimentaria. De hecho, Alberto Montanari, presidente de Chilealimentos, anunció recientemente una ambiosa meta para el Bicentenario: exportaciones sectoriales por US$ 14 mil millones.
Sin embargo, los desafío también son importantes.
Ya lo advirtió Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta: Dijimos que para ser una potencia teníamos que estar entre los top ten mundiales como exportadores, pero en estos 4 años en puestos sólo hemos subido del lugar 17 al 16.
El alza internacional en el precio de los alimentos plantea un cambio estructural en este negocio. Es lo que cree el gerente general de Rabobank Chile, Thos Gieskes. El mundo está cambiando y los países consumidores se desarrollan, cada vez hay más urbanización, el ingreso per cápita sube y todo esto cambia la manera en que se alimentan, señala.
En este nuevo contexto hay que tener claro a quién se quiere vender, quién es el consumidor y cómo se va a llegar hasta él, propone el gerente de Rabobank.
El consumidor quiere tener la certeza de que lo que se está comiendo es saludable. Eso es bueno para Chile, pues tiene una ventaja frente a sus competidores, asegura el gerente de Rabobank.
Y a medida que los ingresos suben hay mayor preocupación y oportunidades de variar en la dieta. La gente tiende a consumir más carne, leche, alimentos procesados para reemplazar a los granos, y luego, a preferir algunos más de nicho, como salmón o vino.
Chile es conocido en el mundo por algunos productos más básicos o menos elaborados, pero de buena calidad, consistencia y confianza. Tiene que dar un salto hacia alimentos con mayor valor agregado, opina Gieskes.
En el caso de las frutas y hortalizas, la idea sería reducir la venta en fresco y pasar más a los alimentos procesados, en los que se puede innovar con la elaboración de jugos o deshidratados que cada vez son más utilizados. En tanto, en las carnes se prevé un aumento sustancial de la demanda, sobre todo para los próximos 20 años.
¿Cómo se puede aprovechar este nuevo orden? Gieskes cree que Chile no debe apuntar a ser el gran líder de ciertos mercados, pues los volúmenes que maneja no le juegan a favor, mientras que sí resulta más conveniente y competente potenciar ciertos nichos donde se esté dispuesto a pagar más por los productos. A la par de esto, propone que la campaña de imagen país es urgente, más allá de si se centra en el turismo o los alimentos. Lo importante es que Chile sea conocido, que se sepa lo bien que funciona, pues aún hay quienes saben nada de este país, señala.
Frente a este panorama, líderes de cada sector exportador cuentan cómo trabajan para ser los mayores exportadores de Chile y, además, ser la añorada potencia alimentaria para el mundo.
LÁCTEOS: ES CLAVE ABRIR MERCADOS
Manuel Zamora, presidente de Exporlac
Las expectativas para este año son exportar cerca de 250 millones de dólares. Manuel Zamora, presidente de Exporlac, es optimista respecto de las exportaciones futuras del sector. A 10 años, la meta es de 1.000 millones de dólares, aunque ojalá lo hagamos antes, dice.
La forma que ve de hacerlo es a través de una mayor apertura de mercados.
Entre las complicaciones que menciona, el tipo de cambio es fundamental, lo mismo que el aumento de los costos de la industria. Innovación y más valor agregado es una manera de enfrentarlos, pero no ve otra forma de salir de ellas y, además, de abrir mercados sin una estrategia en conjunto de productores, industria y sobre todo del Estado.
Otro reto dice Zamora es el de la Imagen país. Tener la imagen de un país productor de lácteos es fundamental, pues es muy difícil hacer que los chinos, por ejemplo, compren leche chilena si no saben dónde está el país y que produce leche.
SALMONES INNOVADORES
Rodrigo Infante, gerente general de Salmonchile
Hoy se producen más de 650 mil toneladas de salmones, con exportaciones por US$ 2.241 en 2007. Dos décadas atrás no se producían más de 10 mil toneladas. Todo esto a pesar de que en el último tiempo la industria acuícola se ha visto afectada por temas sanitarios como el SRS o el virus ISA.
También las alzas de los insumos para alimentar a los peces o el petróleo complican la industria y se piensa que los próximos años seguirán siendo complejos.
El desafío principal es saber cómo enfrentar el escenario sanitario complejo. Después de todo, la demanda crece firme en Estados Unidos y Japón, los principales mercados para Chile.La fórmula, según Infante, es la innovación. Hoy la salmonicultura invierte el 3,7% de sus ingresos brutos en innovación, cifra que quintuplica el promedio nacional y que supera, proporcionalmente, los niveles de inversión que realizan países como Japón, Finlandia o Suecia.
CARNES BLANCAS EXIGEN MÁS CONTROL SANITARIO
Juan Miguel Ovalle, presidente de APA y Asprocer
Aunque el gran mercado de la industria de aves y cerdos chilena es el propio país, ya que del total de la producción de ambos sectores no se exporta más del 30%, a 2010 ven que llegarán a los 850 millones de dólares y a 2015 incluso a US$ 1.500 millones exportados.
El fuerte de este sector son los embarques con valor agregado.
Progresivamente se van a exportar menos productos commodities y más con valor agregado; de hecho, ya está sucediendo con algunos mercados como México, Japón, Europa o Corea, donde se está llegando con productos que van directamente a retail, cocidos o preparados, lo que permite aumentar sustancialmente el valor de nuestra oferta exportadora, cuenta Juan Miguel Ovalle.
En ese camino se debería innovar en productos y procesos, lo que, según Ovalle, cada día se hace más.
Sin duda que el tema de la seguridad alimentaria es uno en el que hay que poner ojo. Lo de las dioxinas encontradas en cerdos es un muy buen ejemplo de lo frágil y delicado que es el tema del 'foodsafety' y lo conscientes que debemos ser ante él, dice el representante de Asprocer.
¿Cómo hacerlo?
Lo primero es acrecentar los controles para poder dar seguridad al mercado de que nunca se nos produzcan eventos de este tipo, lo que es un gran desafío. Para eso lo fundamental es hacer todo un trabajo en materia de seguridad para poder tener un modelo que no permita estos sobresaltos, propone Ovalle.
Contar con certificaciones especiales es primordial para todo el sector alimentario. Por eso es necesario apoyar a las autoridades para que la labor conjunta que se está haciendo se profundice, dice.
Y en la línea de la colaboración, el trabajo en conjunto también es importante. Los clusters y los proyectos de innovación son un ejemplo de eso para la máxima autoridad de APA Asprocer. De alguna manera alinea el discurso privado con el público y es eso lo que estamos tratando de hacer, señala.
COMPETITIVIDAD FRUTÍCOLA
Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta
Echeverría prevé que en los próximos 5 años se debería pasar a 500 mil ha plantadas de frutales y hortalizas, lo que se traduce en cerca de US$ 4.000 millones en exportaciones.
Para lograrlo, el desafío del sector frutícola es mantener la rentabilidad de sus productos. Claro, hay un recambio de las frutas que está consumiendo la gente y de ahí que los berries, las nueces y las manzanas sean algunos de los favoritos, pues están entre los que se consideran funcionales y son éstos los alimentos que hoy se están demandando.
Hay que estar atentos a las señales del mercado, advierte Echeverría . Pone el caso de las uvas, pues mientras su demanda crece al 3,9 por ciento, la menor del mundo, Chile ha aumentado su producción en casi 10 por ciento en los últimos 3 años. Y es esta fruta la principal apuesta exportadora en el sector nacional, ya que representa el 45% del total exportado.
Por estos antecedentes, Echeverría propone hacer un recambio en la canasta exportadora, hacia productos funcionales y que lleguen al retail. Además, tratar de producir frutos que tengan mayor valor. A más altos precios, menos afecta el costo de los insumos o el flete, como pasa con una caja de arándanos que absorbe mejor los costos que una de uva, señala. Todo esto sin descuidar los volúmenes. Chile ya tiene una imagen como proveedor de uvas y caer en esto también resultaría perjudicial en el tema de la confianza del país, agrega.
También hay que estar atentos a la competencia, pues hoy los mayores costos en mano de obra hacen que Chile pierda competitividad frente a países como Perú, Argentina o Brasil. De ahí la necesidad de mejorar la productividad pensando desde la robotización o la mecanización de algunos procesos o buscar cultivos de mayor intensidad, ojalá con valor agregado, que puedan tener mayores utilidades en destinos de nicho, pues la idea es vender más dólares sin aumentar las hectáreas.
VINOS APUESTAN A MAYOR PROMOCIÓN INTERNACIONAL
Douglas Murray, fundador y director de Viña Montes
Difícilmente el sector seguirá creciendo a dos dígitos, viñas individuales es posible, pero no como sector, asegura Douglas Murray.
La competencia se ha endurecido y, según Murray, la tendencia favorece a las viñas establecidas, ya que en los mercados con posibilidades en nichos de vinos premium, ultra premium o íconos se hace cada vez más difícil entrar.
En ese contexto, el fundador de Viña Montes cree que más que aumentar los valores de las exportaciones crecerán las cantidades y se atreve a plantear que en 5 años el total exportado del sector podría alcanzar los 2.500 millones de dólares.
En cuanto a los mercados el gran problema que detecta para el crecimiento del sector es el dólar. Por eso ve fundamental el rol del Estado en intensificar la campaña de imagen país.
Ya estamos casi maduros, señala Murray respecto de Europa, el principal mercado para los vinos, aludiendo a que hay limitadas capacidades para crecer. Por lo mismo ve que es en EE.UU., Canadá, Asia y Latinoamérica, en ese orden, donde hay que poner ojo. Un gran desafío que el director de Montes detecta para el sector es obtener reconocimiento internacional de calidad superior y precios acorde con ella. Claro que él mismo reconoce que es más fácil decirlo que hacerlo. Un ejemplo es Australia, que no ha logrado avanzar en este terreno, dice. Propone dotar de mayores recursos a Wines of Chile. Si no sucede, veo complicada la situación. El futuro pertenecería a los mismos de siempre, señala Murray.
AGROINDUSTRIA FAVORECIDA POR NUEVAS TENDENCIAS DE CONSUMO
Alberto Montanari, presidente Chilealimentos
Montanari apuesta que en 5 años el sector de los alimentos procesados será capaz de doblar las exportaciones actuales y llegar a US$ 3 mil millones. De hecho, este año el aumento podría llegar a 22%. Según el presidente de Chilealimentos, ese boom se debe al aumento mundial de la población, las alzas en el ingreso per cápita y la falta de tiempo para cocinar.
Claro que también hay temas que preocupan y que son transversales a toda la industria alimentaria.
El primero es el de la imagen alimentaria, no cualquiera, como enfatiza Montanari. No nos sirve proyectar una imagen turística. Los alimentos necesitan su propia imagen, no pueden sorprender. Los consumidores necesitan saber el origen para estar seguros de que eso lo pueden comer o dárselo a una guagua, dice. Con eso ejemplifica lo que ha hecho California y Australia al respecto.
Están dando una garantía país de que sus productos, además de atractivos, son sanos, añade.
Es en lo estricto de las regulaciones a las que se ha sumado Chile, ve otra complicación para la industria. Tiene que haber más flexibilidad para que algunos se dediquen a los mercados más estrictos y otros a los menos. Lo que sí es importante es que todos tengamos ciertas normas de seguridad mínimas , pero no por eso tener que adecuarnos a las más altas del mundo.
Lo misma crítica hace a la regulación para los envases.
Tenemos que estar en sintonía con lo que está pasando en EE.UU. y Europa. No podemos tener la ley semáforo que es una cosa fuera de lo que se está usando en todas partes del mundo, lo que significa tener distintos envases para distintas partes del mundo y con eso tener costos mayores, señala.
Para el empresario primero hay que solucionar todos los problemas anteriores si el país quiere ser potencia mundial en alimentos.
Fuente: La Revista del Campo
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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