Regulación y educación del consumidor, claves para conservar la pesca
(Ante la extinción de reservas, entidades de EE.UU. animan a un consumo)
Por Lea Terhune
Redactora del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Durante siglos el bacalao era abundante en las aguas de
Estados Unidos, hasta 1992 cuando las pesquerías de bacalao del Atlántico
abruptamente desaparecieron. Miles de personas quedaron sin trabajo y la
región todavía está recuperándose.
Después de aquel colapso, Estados Unidos estableció normas para la
administración de las pesquerías que han permitido el resurgimiento de
algunas pesquerías nacionales importantes. El desafío de hoy, según indica
la Administración Nacional de Asuntos Oceánicos y Atmosféricos (NOAA), es
la regulación efectiva de la industria internacional de l a pesca.
"Estados Unidos ha llevado a cabo una buena tarea con las pesquerías. Sé
que todavía tenemos mucho camino que recorrer", dijo William T. Hogarth,
director de la NOAA, el 21 de marzo en una ronda de charlas con los
periodistas organizada por las entidades National Geographic, el Fondo
Nacional Ambiental y el Fondo Caritativo Pew. Señaló el funcionario que la
Ley de reautorización Magnuson-Stevens de 2006 ofrece herramientas
adicionales para el manejo responsable de las pesquerías.
La gran amenaza para las pesquerías sostenibles está más allá de las
fronteras de Estados Unidos: "¿Podemos, internacionalmente, mantener la
cosecha a un nivel que asegure que la especie no retroceda y se vuelva una
especie sobrepescado?"
El atún de aleta azul, valioso para hacer el sushi japonés, encabeza la
lista de las especies amenazadas. La población de la especie ha declinado
en un 90 por ciento desde la década de 1970, debido a la pesca excesiva
causada por la demanda en el mercado. Los científicos predicen que ese
atún, y otras especies, pueden desaparecer de continuar la pesca excesiva.
"Nos gustaría educar al público, no solamente al público estadounidense,
sino a otros, acerca de los riesgos que hoy significa el consumo de ese
tipo de atún", afirmó Hogarth.
Fen Montaigne, autor de un estudio de National Geographic sobre las
prácticas internacionales de pesca, coincidió en que a nivel nacional
Estados Unidos hace lo correcto. "En Estados Unidos hay un buen control, el
pescado se lleva a puerto, se hacen informes detallados, inspecciones, una
buena tarea. En Europa, es totalmente lo contrario", aseveró Montaigne, que
considera el tema como "una cuestión de voluntad política, que parece
faltar en la Unión Europea, en Francia, España, en Italia. Libia está más
allá de todos".
La tecnología permite cosechas gigantescas y no reguladas, la captura de
enormes cantidades de pesca, a un enorme costo para los ecosistemas
oceánicos, contribuye al colapso de las pesquerías. Las redes de arrastre,
el rastreado del fondo y otros métodos similares permiten la captura de
toneladas de otras especies de pescado que no se busca pescar, incluso de
tortugas y aves, lo que con frecuencia resulta en su muerte. Los
territorios de crianza se violan, lo que provoca un mayor vaciamiento de
las especies.
EDUCAR AL MERCADO
La regulación efectiva depende de la aplicación de la ley por los gobiernos
y la industria pesquera, y también los cambios en el mercado mundial. Las
organizaciones privadas conservacionistas ahora se dedican a influenciar el
mercado, educando a los consumidores sobre el tipo de pesca que deben
comprar.
En la década de 1990, el acuario de la Bahía de Monterrey, en California,
presentó una guía mariscos adecuados ambientalmente. "La Tarjeta de
Vigilancia de Mariscos es para refrenar el poder del comercio y del mercado
en favor de la conservación, y lograr el apoyo de la industria hacia una
administración responsable de las pesquerías", comentó al Servicio
Noticioso desde Washington, Mike Sutton, director, en el acuario, del
Centro para el Futuro de los Océanos. También está claro que "no podemos
confiar la salvaguardia de nuestras pesquerías a la ley federal
únicamente", agregó. El Fondo Mundial de Fauna Silvestre, el Consejo de
Orientación Marina, Opciones de Mariscos y Océanos Vivos ofrecen guías
similares para los consumidores al por mayor y al detalle, para orientar al
mercado - las ventas de pescado, restaurantes y hogares-- hacia unos
alimentos marinos sostenibles.
La albacora o salmón silvestre de Alaska, por ejemplo, tiene una biomasa
saludable, y es una buena opción, según los grupos mencionados que
recomiendan evitar otras especies como el salmonete, que vive hasta los 100
años, el bacalao del atlántico, el pargo rojo, la lubina del Pacífico, así
como el tiburón, son especies que experimentan una reducción.
"Las pesquerías pueden recuperarse. La mayor parte de las especies son muy
fecundas y tienen la posibilidad de recuperarse si les damos el tiempo para
que puedan hacerlo", dijo Sutton.
El gobierno de Estados Unidos, que difiere de la valoración de varios
grupos independientes de investigación, está elaborando el programa
"Vigilancia de la pesca", según indica Susan Buchanan, portavoz de NOAA.
"La perspectiva de la NOAA es que las especies pescadas en exceso se
administren mediante planes que permitan pesquerías comerciales más
pequeñas, altamente vigiladas", agregó. También dijo que las operaciones
legítimas "no deben ser penalizadas con boicots por parte de los
consumidores" y que los consumidores "pueden sentirse moral y éticamente
bien si consumen pesca que ha sido obtenida y vendida legalmente".
La pesca sostenible es un punto que destacan algunas compañías pequeñas.
Pelican Packers, en Bellingham, Washington, enlata la albacora capturada
con maquinaria compatible con el ecosistema. La cofundadora Judy Cosky dijo
al Servicio Noticioso desde Washington que el enlatado comenzó para "crear
un mercado alternativo" para la albacora de calidad pescada en Estados
Unidos.
Hogarth, de la NOAA, desea que se establezcan medidas más firmes por parte
de la Comisión Internacional para Conservación del Atún del Atlántico
(ICCAT), que establece las guías para la administración de la pesca del
atún, y de la cual es presidente. La ICCAT admite que algunas variedades
son pescadas completamente o sobrepescadas, pero no ha reducido la cuota a
menos de las 29.500 toneladas métricas que se recomiendan.
"Tenemos que llegar a las 15.000 toneladas métricas por lo menos para tener
la posibilidad de frenar la declinación de las reservas y evitar el
colapso", dijo Hogarth. Algunos países, al ignorar las cuotas legales,
capturan anualmente hasta 60.000 toneladas de atún de aleta azul. "Todavía
estamos apesadumbrados por no haber hecho una mejor labor, pero seguimos
insistiendo", agregó. "No quiero presidir una comisión que contemple la
desaparición de ese pez tan magnífico que contiene el océano".
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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La Oficina de Programas de Información Internacional del
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