Cambio de aire en la relación campo-Gobierno en Argentina

Cambio de aire en la relación campo-Gobierno

El reemplazo de Miguel Campos por Javier de Urquiza, bien recibido por la mayoría de la dirigencia agropecuaria, abre la posibilidad de un acercamiento entre el campo y el Gobierno. Belisario Saravia Olmos El Tribuno Campo (Salta)

La renuncia de Miguel Campos a la Secretaría de Agricultura de la Nación, esperada y seguramente festejada por gran parte del sector agropecuario, y la designación en su lugar de Javier de Urquiza, parecieran traer, a la difícil y tensa relación campo-gobierno, un cambio de aire que permitiría zanjar diferencias que hasta el momento parecen insalvables.


Campos, funcionario de extenso y brillante curriculum, no supo dar al sector agropecuario la contención y las soluciones que necesitaba, por el contrario, optó por el enfrentamiento y la indiferencia hacia aquellos que forman parte del crucial sector productivo que debía atender la Secretaría a su cargo. Dedicado más a las pequeñas cosas que a los grandes problemas del sector e ignorando la realidad productiva de la mayor parte de la geografía del país, su figura se convirtió en un gran impedimento para el entendimiento entre el campo y el Gobierno Nacional.

Urquiza, que venía siendo en parte el interlocutor entre ambos sectores, presenta un perfil que abre esperanzas de que el diálogo se reanude y que se pueda transitar un camino en conjunto entre las partes. Este santacruceño, de buena llegada al Presidente, conoce los sinsabores de quien trabaja la tierra y no es reconocido en su esfuerzo, en su pasado de dirigente ruralista supo pelear para conseguir de los funcionarios de turno el apoyo para la actividad lanera.

A pesar de ser del Sur es un conocedor de la geografía nacional, ya que gusta de recorrerla, testigo de ello son los productores tabacaleros salteños a quienes acompañó en sus fiestas patronales el año pasado y de quienes escucho atento sus reclamos, como también los asistentes a las innumerables muestras del sector que se realizan en el interior a las que suele concurrir de Urquiza. Sin dudas, este es un perfil más amigable para el sector que el de Campos, que pretendía que el futuro del NOA pase por las "cocinas fábricas" o que creía que la producción tabacalera se podía reemplazar con frutillas.

Al cierre de la presente edición se realizaba una reunión de las cuatro principales entidades del campo (Sociedad Rural, Federación Agraria, Confederaciones Rurales y Coninagro) con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el flamante Secretario de Agricultura, Javier de Urquiza.

A la misma, a pesar de los matices existentes entre las entidades, se llevaron planteos comunes referentes a la necesidad de implementar un plan ganadero que tenga por objetivo el aumento del stock del rodeo argentino; lo imperioso de encontrar una solución para el mercado cárnico nacional que se encuentra en crisis desde hace varios meses y tiene a su mercado de referencia (Liniers) en terapia intensiva; la delicada relación entre el valor doméstico y el internacional de los productos agrícolas; la situación por la que atraviesan la mayoría de la economías regionales, con sus producciones en crisis; y todo lo referente al marco impositivo en el cual se desenvuelve la producción del agro en el país. Quedó fuera de la mesa de discusión el tema de las retenciones, punto que el Gobierno Nacional no está dispuesto, por lo pronto, a tocar.

Lo cierto es que la posibilidad de diálogo ha vuelto y con ella la esperanza del sector agropecuario de que sus reclamos sean atendidos, de que su rol preponderante en la economía del país sea reconocido y de que el trato con las autoridades nacionales este fundado en las normas básicas de convivencia que un sistema democrático exige. Se puede decir que el cambio de funcionarios trajo un cabio de aire en la relación.

Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ

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