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La actividad agropecuaria es la actividad productiva más antigua de la humanidad; este simple hecho implica que es el sector que ha experimentado el mayor número de políticas públicas.

sábado, octubre 28, 2006

VINOS

 
 
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El vino: Una joya chilena

La producción de vino es una de las industrias de mayor crecimiento en Chile. Entre enero y junio de este año su venta al exterior alcanzó ganancias por 422 millones de dólares; cifra que, según los especialistas, de mantenerse las condiciones podría llegar hasta los US$900 millones.

En la actualidad existen 250 marcas registradas de Viñas que exportan, es decir, las más grandes. Así lo explica a TVN.cl, el presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile, Klaus Schroeder, quien aclara que es difícil contabilizar con exactitud la cantidad de viñedos que hay en el país.

"Hay viñas más pequeñas que aún no exportan, que no tienen etiquetas y no están registradas; por otro lado, también existen bodegas que trabajan a un nivel de muy baja producción. Si se consideran todas ellas, podríamos hablar de unas 400", dice.

El especialista corrobora lo que muchos consideran una utopía, que el vino chileno está al mejor nivel de los vinos europeos. "Hemos alcanzado niveles de calidad muy altos. Incluso, existen vinos que cuestan 60 dólares por botella en el extranjero. Creo que estamos haciendo camino", señala.

¿Qué falta entonces para lograr el prestigio de los vinos franceses o italianos? "Lo que falta es imagen de país, porque la imagen genera marca. Los australianos, por ejemplo, sin tener mejor calidad que nosotros tienen más imagen, de hecho venden casi al doble del precio que nosotros", explica.

"Por eso como asociación queremos lograr proyectar una imagen que suene internacionalmente. Para ello, estamos organizando un concurso llamado "Carmenere al Mundo" que tendrá lugar entre el 23 y 25 de noviembre próximos", señala.

El objetivo del concurso es evidenciar la alta calidad enológica de la variedad Carmenere en Chile y darla a conocer a consumidores y especialistas nacionales y extranjeros; además de contribuir a la expansión de la cultura del vino.

"¿Por qué Carmenere y no otro? Porque los otros países ya coparon las otras cepas", puntualiza. Y agrega: "Nos hemos empeñado en proyectar un cepaje que, estamos absolutamente convencidos, tiene un tremendo atractivo propio y que nos ayudará a darle una identidad al país".

"Queremos que el Carmerere se transforme en una joya de identificación. Así, como en Argentina se la han jugado por el Malbec; los uruguayos por el Tannat; los alemanes por el Riesling o los sudafricanos por el Pinotage", explica.

Respecto de la cultura vitivinícola que poseen los chilenos dice que es muy poca, y en parte se debe al éxito e importancia que se ha dado al camino de la exportación, descuidando el mercado nacional.

"Los enólogos también tenemos culpa del desconocimiento vitivinícola de la población. Lamentablemente, la mayoría de la gente consume unos vinos que son realmente de baja calidad; muchos se toman en caja o botellones grandes y normalmente son dulces, que tienen 15 gramos de azúcar; son unos vinos empalagosos que no tienen nada que ver con cultura vitivinícola", comenta.

También responsabiliza del desconocimiento enológico chileno ese criterio de que "sufrimos de alcoholismo".

"Ese pensamiento ha impedido, por ejemplo, que se hable en los colegios de la importancia de la vitivinicultura chilena. Ni siquiera se menciona, mientras que en el extranjero primero se habla del vino chileno y después se habla del cobre", dice.

Asegura que en la actualidad hay vinos de excelente calidad y con precios convenientes (que vienen en caja, lo que no alteraría su sabor), que permitirían el consumo masivo y no solamente de un sector de mayor poder adquisitivo.

"Hay una revista de la guía del vino. También un libro llamado "Descorchados", que permiten orientar al consumidor en las calidades y precios. Se encuentran en librerías y es una buena forma de conocer qué buen vino poder consumir", asegura.

Sobre el aumento del consumo de Carmenere en las generaciones más jóvenes, considera que se debe un poco a la curiosidad.

"El Carmenere tiene una cosa más de la naturaleza, más silvestre, felina, como se dice en el idioma enológico. Es realmente un cepaje que tiene un gusto menos tosco que el Cabernet Sauvignon y creemos que realmente nos va ayudar a reimpulsar la exportaciones", concluye.

Fuente: tvn.cl
Autor: cespinaza@24horas.cl

 

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