Estudio se origina en el fallo dictado por tribunal de Valdivia, que responsabilizó a la empresa Arauco por daño ambiental.
(El Mercurio) “Creo que este es el estudio más grande que se ha realizado en los humedales del país. Sin duda, es el esfuerzo más importante hecho en esta área, y creo que servirá de modelo para diagnosticar otros tipos de humedales, ya sea en Chile o en otros países del cono sur de Latinoamérica”. Así de enfático fue Eduardo Jaramillo, científico de la U. Austral del Chile, al definir el diagnóstico ambiental que desde esta semana, y por un año, se desarrollará en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, de Valdivia.
A través de este trabajo no solo se conocerá el estado actual de esta reserva, sino que también el de sus ríos tributarios, como el Pichoy, Tambillo, Nanihue, Cudico y Cayumapu, entre otros.
Cálculos estimativos cifran en 5 mil hectáreas la extensión a estudiar, en su mayoría humedales, ríos y riberas. Este diagnóstico incluirá análisis de calidad del agua, sedimentos, condiciones hidrográficas, estado actual de la flora y fauna, y del uso del suelo que rodea al humedal.
Además, se observará la evolución temporal del santuario, a través de imágenes satelitales y encuestas a los habitantes de localidades aledañas.
Esta medida será posible gracias a un convenio de cooperación suscrito entre la Universidad Austral de Chile y la empresa Arauco, en el cual ambos se comprometen a ejecutar el diagnóstico derivado de la obligación que impone el primer punto del fallo del Juzgado Civil de Valdivia, que en julio del año pasado condenó a la empresa por el daño ambiental generado en 2004 en el santuario, por la operación de una planta de celulosa
Costo
Este diagnóstico ambiental será el más extenso llevado a cabo en los humedales del río Cruces, y si bien se desconoce cuánto cuesta, fuentes ligadas al proceso detallaron que por su envergadura y duración, tendrá un gasto inicial de $500 millones. Este dinero deberá financiarlo Arauco e involucra el trabajo multidisciplinario de 33 investigadores de las universidades Austral de Chile, de Concepción y la Santo Tomás.
Durante 2004 y 2012, el doctor Eduardo Jaramillo desarrolló los últimos dos diagnósticos realizados en los humedales del río Cruces.
“El primero fue tremendo, para la cantidad de plata y tiempo que nos dieron. Se gastaron alrededor de $25 millones y trabajaron unos 18 investigadores”. El segundo “incluía solo una parte del santuario”, dijo el investigador. Según Jaramillo, en el diagnóstico de ahora se “tratará de incluir todo el lugar”.
Condiciones óptimas
Precisó que las condiciones de hoy en los humedales son óptimas para el estudio propuesto. Eso, pues este verano ha llovido muy poco y se acerca la época de menor caudal del río Cruces.
“Por eso me interesa hacer los muestreos ahora en marzo, porque captaremos una condición natural de poca agua, poca dilución y alta concentración de químicos. Así sabremos cuál es la concentración de todos estos componentes cuando hay poca agua, porque cuando hay mucha, se diluyen y la concentración es baja”, explicó el profesional.
Extensión
En julio de 2013, el Tribunal Civil de Valdivia condenó a la empresa Arauco por el daño ambiental que sufrió el río Cruces producto del funcionamiento de una planta de celulosa.
El dictamen establecía el pago de una multa de $2.600 millones y el desarrollo de programas comunitarios por el mismo monto. Además de esto, el fallo detallaba otros cuatro puntos reparatorios, siendo el diagnóstico el primero que se lleva a cabo.
Según Iván Chamorro, gerente de Asuntos Públicos de Arauco, la iniciativa es importante, pues permitirá desarrollar el resto de los ítems de la resolución judicial, que establecen construir un humedal artificial con carácter de centinela, realizar un monitoreo ambiental constante y por un período no inferior a 5 años, crear un Centro de Investigación de Humedales y realizar programas de desarrollo comunitario.
Chamorro explicó que “sin duda, este es el proyecto más completo que se va a realizar en el Santuario, porque incorpora todas las variables científicas más relevantes, pero también se ha sumado la dimensión del conocimiento ecológico local, o sea, el saber de las comunidades”.
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