ENCUENTRO NACIONAL DEL AGRO – ENAGRO 2006
Casapiedra, 7 de Noviembre de 2006
Palabras de Don
Presidente de
Estimadas autoridades, dirigentes gremiales, agricultores, amigos:
Quisiera iniciar estas palabras agradeciendo en forma muy sincera la presencia de la Presidente de
Reciba Señora Presidente el saludo sencillo y cordial de los hombres del campo, quienes nos sentimos honrados una vez más, de su presencia en este acto, que reúne a dirigentes y productores agrícolas de todo el país. También mi saludo afectuoso a todos los agricultores de Chile que nos escuchan hoy día a lo largo y ancho del país, en directo, a través de nuestra Radio Agricultura, a los cuales sentimos cada vez mas cercanos y solidarios con nuestras ideas y planteamientos.
Nos hemos reunido durante esta mañana, señora Presidenta, para analizar y trabajar sobre “LOS ABONOS QUE NECESITAMOS PARA UNA AGRICULTURA VIGOROZA” y poder seguir creciendo con fuerza.
Por que los necesitamos
Si bien “la Macro” está bien y estamos orgullosos de eso, la economía está trancada: el IMACEC de septiembre fue nuevamente malo y el resultado para el año 2006 será peor al esperado. Nuestro sector, sin embargo, no se sorprende, porque desde hace tiempo venimos dando la voz de alerta, y las cifras nos están dando
En el año 2005 las exportaciones silvoagropecuarias superaron los 8.000 millones, y equivalen al 45% de las exportaciones no cobre. En los últimos tres años venían creciendo a tasas de dos dígitos, sin embargo hasta septiembre de este año han aumentado en un modesto 4%. En la agricultura no sólo se están frenando las inversiones, sino que en muchos casos se están dejando de realizar siembras o reduciendo el nivel de operaciones.
ESTAMOS PREOCUPADOS Y QUEREMOS QUE ESTA SITUACIÓN CAMBIE. Queremos que a nuestro sector le vaya bien y volver a generar el virtuoso círculo de mayor crecimiento, más empleos y mejores oportunidades, aportando a la superación autosostenida de la pobreza.
Si los mercados mundiales pasan por una situación insuperable, la demanda mundial de alimentos crece, nuestros empresarios son capaces de emprender e innovar, nuestros productos son de buena calidad, ENTONCES, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN CHILE?, ¿POR QUÉ NO ESTAMOS INVIRTIENDO?
Creemos que el gran responsable de nuestra pérdida de competitividad en este último tiempo es el tipo de cambio. En nuestro sector, con una alta incidencia de los costos laborales, éste ha sido EL GRAN FACTOR, aunque no el único. En los últimos dos años el costo promedio de la mano de obra, medido en dólares, ha crecido en un 27%. ¿Qué márgenes pueden resistir este aumento?
También hemos visto señales negativas por el lado de los costos. El alza de los costos de la energía y los combustibles también han pesado y mucho. Por otra parte, la última reforma laboral fue un gran paso atrás, porque introdujo más rigideces a un sistema que ya era exageradamente poco flexible para nuestra realidad sectorial. Últimamente el cambio del sistema de tarifas eléctricas, aunque se ha postergado, nos ha amenazado con otro golpe. Los ataques a la propiedad privada en el sur, y la creciente inseguridad que han sufrido nuestros productores en zonas rurales, también ponen una nota de preocupación y aumentan el riesgo de nuestra actividad.
Los actuales mecanismos de defensa ante la competencia desleal y las distorsiones de los mercados no han funcionado adecuadamente. Aunque valoramos las salvaguardias provisorias establecidas para contrarrestar las importaciones de leche argentina, en este momento el trigo -el cultivo anual más importante del país- está amenazado ante la imposibilidad legal de nuevas salvaguardias para la harina.
PERO NO QUIERO QUEDARME SÓLO EN LOS PROBLEMAS.
Si los hemos invitado a este Evento, es porque tenemos sueños para nuestro sector que ameritan la búsqueda de soluciones. Estamos optimistas porque como país tenemos lo más importante: un mercado internacional atractivo que crece y se nos abre, y condiciones naturales que nos dan ventajas de gran valor: nuestro clima, la contra estación con los mercados desarrollados del hemisferio norte, nuestra capacidad empresarial, suelos, etc. nos convencen de que SÍ PODEMOS ser grandes exportadores de alimentos al mundo y que nuestro sector tiene un rol importante que cumplir en el futuro, como motor de la actividad regional y nacional.
Claro, porque somos ricos en potencial, capacidades y recursos.
Primero, tenemos el recurso más importante: ¡nuestra gente!... trabajadora y abnegada; solidaria y valiente; sufrida para la adversidad y con gran ñeque para superar las múltiples embestidas de la naturaleza que, de tiempo en tiempo, nos suelen afectar.
Segundo, tenemos un grupo importante de empresarios que llevan la delantera, nos sirven de ejemplo y nos están mostrando un camino a seguir. Ellos nos demuestran que sí se puede. Sí, en un ambiente propicio es posible llegar a ser una potencia agroalimentaria y llegar a Primera División: situarnos en el club de los países desarrollados.
Tercero, estamos integrados al mundo, somos reconocidamente un país serio, trabajador, que cumple con sus compromisos y con el cual se puede hacer negocios en serio. También hemos ido ganando cada vez más y mejores espacios para hacer negocios. Hoy tenemos TLCs y Acuerdos comerciales con más del 80% del PIB mundial, en condiciones que deben necesariamente ir mejorando en el tiempo.
Cuarto, tenemos recursos públicos suficientes y, además, una Gran Cuenta de Ahorro Público, que -bien invertida- nos permitiría verdaderamente dar un salto cuántico en nuestro potencial de desarrollo.
Con todo este enorme potencial, TENEMOS LEGÍTIMAS ASPIRACIONES DE CRECIMIENTO Y QUEREMOS QUE CHILE AVANCE DECIDIDAMENTE HACIA EL DESARROLLO.
¿CUÁL ES NUESTRO SUEÑO?, ¿A DÓNDE QUEREMOS LLEGAR?...
Queremos Regiones fuertes y pujantes en este Chile agrícola; en el que cada uno de lo mejor de sus talentos y potencialidades.
También queremos empresarios grandes, medianos y pequeños, muy unidos, trabajando y aprendiendo juntos, tomando riesgos y oportunidades.
Queremos jóvenes y mujeres emprendiendo nuevos negocios, experimentando, con la camiseta del agro chileno bien puesta, aprendiendo de los aciertos y también de los errores, dando el ejemplo de cómo trabajar juntos.
Queremos a los centros de investigación trabajando codo a codo con los productores allí en el campo, para descubrir nuevas variedades, nuevos procesos, nuevas formas de producir, de cara a las potencialidades que ofrecen nuestros mercados.
Queremos ver a nuestros equipos humanos trabajando juntos, compartiendo no sólo las destrezas y conocimientos de cada cual, sino haciendo un solo equipo, compartiendo el entusiasmo y la motivación por hacer nuevas cosas, y también poniéndole el hombro en momentos de adversidad, que bien sabemos de vez en cuando nos visita....
Por último, queremos un Estado moderno y eficiente, al servicio de la agricultura y sus necesidades, que nos incentive a producir y a innovar, que nos apoye en todos nuestros proyectos, concentrado en crear las condiciones propicias para emprender grandes proyectos. Un Estado que no esté encumbrado en las oficinas centrales en Santiago, sino un Estado al lado de nuestros agricultores, con políticas agrícolas que promuevan nuevos negocios, la innovación y
En fin, podríamos seguir soñando…. PERO ¿CÓMO PODEMOS HACER REALIDAD NUESTROS SUEÑOS?
¿Cuáles son las condiciones necesarias para que el agro retome su dinamismo y tengamos las condiciones de competitividad que nuestro sector tanto necesita?
1. Lamento tener que empezar siempre por nuestro invitado de piedra, el tipo de cambio. Pero deseo insistir: el tipo de cambio no puede ser el resultado de variables coyunturales ni producto de la falta de una decidida gestión por parte de las autoridades económicas.
Los países, al igual que las empresas, DEBEN GESTIONAR SU FUTURO, no esperar de brazos cruzados que el futuro nos defina la suerte y el destino. En esto hay mucho trabajo por hacer. No pretendo aburrirlos, enumerando las medidas posibles, pues mucho se ha hablado de ellas. Únicamente, cabe señalar que cada una de ellas requiere de voluntad política y de la decisión para concretarlas. Esperamos que en un futuro cercano podamos conocer de parte de nuestras autoridades nuevas medidas para gestionar los activos financieros en pos de un tipo de cambio “estructural, de largo plazo” compatible con nuestro sueño de convertirnos en potencia agroalimentaria.
2. Recursos humanos cada vez mejores, desarrollándose profesionalmente y entregando sus mejores talentos dentro de un mercado laboral moderno. Este es un tema trascendental y las tareas pendientes están -a lo menos- en cinco áreas:
Primero, necesitamos adaptar las leyes laborales y previsionales a la realidad de la agricultura y la agro-industria: temas como las jornadas parciales, la revisión de la indemnización, la seguridad social para temporeras, cotizaciones flexibles en las AFP y seguros de Salud y Cesantía, son algunos de los desafíos en esta materia. Celebramos la iniciativa del Ministerio del Trabajo de una Agenda de Adaptabililidad Laboral, y la ampliación de la cobertura de salas cunas y de jardines infantiles para los hijos de las trabajadoras más pobres.
Segundo: cerrar las enormes brechas de calidad de la educación en las regiones, asegurando que las alternativas de educación básica, media y superior para nuestros hijos sean las mejores, y nos permitan frenar la migración de las familias y evitar la fuga de jóvenes hacia la capital y las grandes ciudades.
Tercero, programas de intercambio al exterior para que nuestros recursos humanos aprendan las tecnologías más avanzadas en nuestros rubros emergentes y con mayor potencial, entregando incentivos para su inserción en los principales focos regionales de desarrollo.
Cuarto, Incentivos especiales para la reconversión de nuestros pequeños y medianos productores, asociados con quienes van adelante en los cambios tecnológicos y
Quinto: Es urgente modernizar los mecanismos para hacer uso de los incentivos para capacitación. Queremos que estos beneficios lleguen a los medianos y pequeños empresarios. que no tienen capital de trabajo suficiente para anticipar este tipo de gastos.
3. Una innovación generalizada de nuestra fuerza productiva: en esta materia el gobierno está haciendo una gran apuesta y estamos contentos y esperanzados en ello. Sin embargo, creemos que es preciso:
Primero, acelerar la implementación de
Segundo, es imperativo establecer una manera eficiente de canalizar los cuantiosos recursos públicos que se destinarán a innovación.
Tercero, Las Agencias Regionales de Desarrollo Productivo son una buena idea, sin embargo deben tener una mayor participación de la empresa privada y criterios de asignación de fondos que premien a las mejores ideas, alianzas y proyectos.
4. Creciente inserción en los mercados internacionales. En esta materia, tenemos importantes desafíos.
Primero, desarrollar nuestra Marca País. Como ustedes saben desde nuestra casa,
Segundo, desarrollar un marco regulatorio que nos proteja y defienda de todas aquellas prácticas desleales de comercio que dañan nuestra producción. Necesitamos también una institucionalidad moderna y eficaz, que actúe en forma oportuna, no sólo para acoger nuestras denuncias, sino también para actuar decididamente ante los organismos mundiales correspondientes, para hacer frente a quienes dañan nuestro aparato productivo.
Tercero, perfeccionar los Acuerdos Comerciales. Es cierto que hemos dado el primer paso, sin duda, muy importante, pero son muchos los sectores que aún no gozan de los beneficios de esta apertura. Debemos continuar mejorando nuestras oportunidades de negocios en el exterior, avanzando en nuevos espacios y mejorando las condiciones de los ya existentes.
5. Infraestructura y conectividad acorde con nuestro enorme potencial de emprendimiento. El plan anunciado por el Ministro de Obras Públicas, que propone mejorar caminos rurales es una esperanzadora noticia. Los planes para incrementar la conectividad tanto vial como en comunicaciones resultan un imperativo ineludible en un mundo globalizado, más aún si consideramos el encarecimiento de nuestros costos producto de la distancia de nuestro país respecto de sus mercados finales. De esta forma, reducir los costos de transporte y de transacciones es una excelente forma de fortalecer nuestra competitividad. Vamos bien encaminados, por eso la SNA está colaborando con el Ministro Bitrán para hacerlo una realidad.
6. Requerimos de Políticas Públicas de apoyo a las PYMEs y a la actividad agrícola, que mejoren los incentivos para los medianos y pequeños agricultores, sin proteccionismos ni medidas de asistencia, sino con medidas que fortalezcan su capital humano y empresarial. Y para ello, pensamos que hay varias claves:
Como primera cosa, trabajar en un decidido plan de simplificación de exigencias, que realmente incentive la formalización e integración de los pequeños empresarios al mundo de los negocios agrícolas.
Luego, establecer una tributación basada en utilidades retiradas y considerar rebajas al IVA y al impuesto a los combustibles.
Tercero, establecer fuertes incentivos para promover la asociatividad de los que saben menos con los que saben más. Aprendamos de los ejemplos exitosos que vemos día a día en nuestras regiones. Así, creemos urgente rediseñar los programas de INDAP para transformarlos en verdaderos incentivos a la inversión y al emprendimiento de planes asociativos de negocios agrícolas, con formas modernas de organización y gestión.
7. Por último, pero no por eso menos importante, nuestro Ministerio de Agricultura necesita modernizarse.
Necesitamos un ministerio acorde con las ambiciones que tenemos como sector y como país. Con una organización moderna y altamente técnica. Nuestro sector necesita de un ministerio de Agricultura en terreno, con ventanilla única para facilitar las gestiones a los usuarios, y con evaluación de gestión permanente, y que verdaderamente se transforme en el Ministerio de Agricultura y la Alimentación.
La actividad agrícola será exitosa y retomará su dinamismo, sólo en la medida de que Chile crezca a las tasas altas y el Gobierno se aboque a dar las señales e implementar las políticas necesarias para fomentar la inversión, consolidar la actividad productiva y generar condiciones de desarrollo para las PYMEs.
Somos más de 300.000 productores, la gran mayoría pequeños empresarios que para la conciencia nacional casi no existimos. Porque, aunque nos pongamos colorados, debemos reconocer que aquí hay dos Chiles, señores. El Chile moderno, de grandes empresas, con enormes capitales y orgulloso de sus éxitos –que está muy bien que así sea- y EL CHILE DE LOS PEQUEÑOS EMPRESARIOS, QUIENES MERECEN UNA ALTA PRIORIDAD A
Como SNA seguiremos luchando por engrandecer a este segundo Chile, por dar a conocer las dificultades que nos aparecen en el camino y al mismo tiempo entregando vías de solución, con propuestas concretas.
Seguiremos adelante, con entusiasmo, contra viento y marea, como siempre lo hemos hecho. Confiamos en la Agricultura y su desarrollo futuro. Cada empresario agrícola debe hacer su propio esfuerzo….y la SNA colaborará con ustedes, pues estamos convencidos que unidos somos más, valemos más y creceremos más.
Estimada Presidente, le entregamos nuestro leal apoyo en el cumplimiento de sus metas y anhelos para el desarrollo del país. Confiamos en usted, nuestra institución estará siempre presente, para trabajar juntos por una agricultura cada vez más floreciente y próspera, que dé lo mejor de sí generando un buen presente y un mejor futuro para nuestras próximas generaciones. Haciendo de Chile un país Agrícola, más generoso, más acogedor y más grande.
¡Muchas gracias!
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