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La actividad agropecuaria es la actividad productiva más antigua de la humanidad; este simple hecho implica que es el sector que ha experimentado el mayor número de políticas públicas.

viernes, agosto 20, 2010

Cómo generar riqueza en áreas rurales a través de alimentos sustentables

Cómo generar riqueza en áreas rurales a través de alimentos sustentables

20 Agosto 2010

El café sostenible como ejemplo de generación de riqueza
Primera Parte

Aprendí algunas cosas nuevas sobre RSE la semana pasada. Participé en una misión de evaluación para el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), una institución del sistema de las Naciones Unidas.

La misión consistió en evaluar el sector privado de IFAD que brinda apoyo al desarrollo sustentable en economías rurales de países emergentes. Una de las actividades fue entrevistar algunos participantes del proyecto en Guatemala.

Lejos de la capital, los proyectos incluyen pequeñas parcelas productoras de toda clase de alimentos como maíz, frijoles, cardamomo, ejotes, entre muchos otros. En la mayor parte del globo, los productores viven debajo o justo por encima de la línea de pobreza y, por lo general, en hogares con piso de tierra, sin instalación de agua o electricidad, dependiendo de un trozo de tierra del tamaño de una tercera parte de un campo de futbol como ingreso anual.

A pesar de esta situación, hay una gran oportunidad en estas comunidades rurales cosechando y procesando alimentos de exportación, diversificándolos y agregándoles valor, promoviendo el agro y ecoturismo, la bicicleta de montaña, el trekking, el rafting, etc. La lista puede ser maravillosamente grande. El "chiste" es cómo encender la llama de las economías rurales; aquí es donde el sector privado entra en escena.

Durante un largo tiempo, las economías rurales estuvieron dominadas por las intervenciones del sector público. Recientemente hasta los años 90s, muchos gobiernos de mercados emergentes directa o indirectamente han venido controlando los activos del sector rural, semillas, fertilizantes, capital, asistencia técnica a los campesinos, el almacenamiento, transporte, los precios. Las buenas intenciones no se han traducido en resultados que, por cierto, han ido desde lo anémico a lo desastroso y los campesinos simplemente se empobrecieron más.

La reforma política y la desregulación que atravesó los mercados emergentes en los 90s llevaron al sector público a retirarse del sector rural. El vacío fue llenado por el sector privado y las oportunidades volvieron a tocar la puerta de los dueños de las pequeñas parcelas. Al menos eso es lo que dicen los economistas.

En países tan diversos como Uganda con un suelo fértil y Brasil con sus enormes extensiones de tierra cultivable, o Guatemala con sus diferentes zonas de crecimiento, los mercados se han abierto al libre mercado que marcó el rumbo de qué producir. Sin embargo, poco ha cambiado para los productores rurales empobrecidos, y la mayoría continua empobreciéndose aún más.

Con poco conocimiento del mercado, poca educación formal, sin acceso al financiamiento y una infraestructura social y económica inadecuada, los pequeños productores no pueden acceder a las oportunidades que brinda el mercado. La apertura para ellos significó la misma explotación aunque esta vez, de una fuente distinta -el sector privado-.

Si nos basamos en los records del sector privado – con una larga y triste letanía de relaciones de explotación que comenzaron mucho antes de la nefasta reputación de Dole y la United Fruit en los 50s y 60s- nos damos cuenta que la cosa no marcha bien.

Esta situación debería cambiar por varias razones. La población mundial se ha disparado de 6 a 9 mil millones de personas en el último medio siglo y la cantidad de superficie apta para la agricultura está reduciéndose. Los dueños de pequeñas parcelas están sumamente relacionados con la seguridad alimentaria global, por lo tanto, aumentar su calidad de vida es un desafío central para este siglo. Cuanto antes las empresas entiendan esto, más rápido obtendrán la recompensa de ser parte de la solución.

El Faro es el Café
El mercado del café ofrece un delicioso ejemplo del potencial de la rentable relación entre los productores y los vendedores de alimentos.

Cualquiera que pida un café en Starbucks (u otra tienda de similares características) está inevitablemente expuesto a la promoción de las relaciones del comercio justo y/o el café orgánico (cada uno es un elemento de la sustentabilidad -los precios de los productos del comercio justo reflejan un precio justo para los productores y, el café orgánico por su parte, significa una producción medioambientalmente positiva). La sustentabilidad se construye lentamente como parte de la marca de una compañía.

Los detractores de la sustentabilidad se focalizan en presunciones simplistas y erróneas. La economía del café del comercio justo es simple y atractiva. Los productores que tratan directamente con los vendedores sin compradores intermediarios, reciben una porción mayor de los $3.50 dólares que vale el café en Starbucks. La tienda paga menos por el café y los clientes obtienen un café premium siendo conscientes de que contribuyen a la mejor calidad de vida de muchos productores. Los márgenes se ven engrosados para ambos. Los precios para el café cuidadoso del medioambiente son similares al igual que la oferta y la demanda.

Solo es sustentable un estimado del 6 al 10% de las 6.1 millones de toneladas del café que se produce en el mundo anualmente (13 mil millones de dólares anuales). Pero la economía del café sustentable predice un futuro muy claro. Este tipo de café cuesta entre 10 y 15% más que el café convencional pero su demanda está creciendo entre el 25 y el 40% más rápido que este último.

El resultado para un productor guatemalteco no es teórico. En una de las villas que he visitado, los productores que tratan directamente con los vendedores incrementan el ingreso familiar mensual de 200 a 500 dólares -lo que significa ropa decente para la familia, tres comidas al día (¡con todas las tortillas que puedan imaginar!), todos los niños a la escuela, medicinas cuando se necesitan, piso de cemento en la casa, teléfono celular para checar el precio en el mercado (y estar en contacto con la familia)-. Todas cosas normales que la mayoría damos por sentadas.

Lo más prometedor es que el mercado del café está enviando claras señales de que la producción sustentable está siendo entendida y demandada. Si el desarrollo continúa, el café será el primer producto en el cual la mayoría de los productores incorporarán algún aspecto de la sustentabilidad (posiblemente para el año 2020).

Alimentos y Sustentabilidad

Le ha tomado 30 años al mercado del café sustentable madurar. El tiempo es demasiado corto para que otros mercados desarrollen este tipo de productos en el mismo lapso de tiempo – ni el planeta ni la gente pobre pueden esperar que otro par de generaciones pasen-.

Sin descontar la importancia del valor de las ONG´s, las organizaciones multilaterales como IFAD y las organizaciones de comercio justo, otros mercados necesitan un punto de inflexión como Starbucks que viene liderando hace 5 años cuando empezó a tomar enserio el café sustentable. Dunkin Donuts, entre otras grandes y pequeñas marcas, también han seguido la tendencia.

¿Porqué los consumidores de café están dispuestos a pagar más por un café sustentable a pesar del precio, mientras que no es así para otro tipo de alimentos? Hay muchas variables, pero a un nivel macro la sustentabilidad se está volviendo una gran oportunidad y no un costo. Los proponentes de un café sustentable han podido monetarizar el valor de la sustentabilidad del café de una manera que los consumidores pueden reconocerlo, apreciarlo y pagar por ello.

Entender el éxito del café ayudará a otros mercados a saltarse los 30 años del período de gestación. La pregunta ahora no es si otro mercado tiene razones significativas para hacerlo, sino cuándo. El cacao, algunas especies, el azúcar, la caña de azúcar, entre otros productos, están entrando rápidamente al camino de la sustentabilidad; pero ninguno está tan avanzado como el café.

En el próximo artículo, echaremos una mirada a cómo el café puede ser un modelo para que las empresas pueden alcanzar una posición significativa en el mercado de alimentos sustentables.


Marc de Sousa-Shields

Marc de Sousa Shields es socio fundador de ES Global, consultora internacional en Responsabilidad Social Empresarial, gestión de los grupos de interés y desarrollo socioeconómico en países emergentes, en transición y en desarrollo.

Marc es un reconocido líder mundial en el campo de la RSE y se especializa en ayudar a organizaciones de todos tamaños a maximizar los impactos, valor y retornos de las inversiones y actividades de responsabilidad social. Marc es canadiense y vive con su familia en México desde hace 12 años.

FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
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