(Universidad de Talca). De vastas proyecciones para el país, tanto desde el punto de vista económico como de la salud, es el proyecto sobre inocuidad del vino, en el que se encuentra trabajando un equipo de químicos y laboratoristas, dirigido por el profesor Instituto de Química de Recursos Naturales de la Universidad de Talca, Jorge Villaseñor, y en el que participa como investigador asociado el director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino, Yerko Moreno. "Certificación de inocuidad alimentaria, monitoreo de residuos pesticidas y otros contaminantes en vinos" es el nombre de este proyecto, que cuenta con financiamiento de CORFO, a través de su línea orientada a apoyar innovaciones basadas en desarrollos tecnológicos, impulsadas por consorcios de este tipo, en este caso Vinnova y Tecnovid. El objetivo general de este proyecto es establecer un programa piloto de monitoreo de residuos de pesticidas y otros contaminantes de los vinos chilenos, a través de la implementación de técnicas analíticas y la formación de una red de apoyo a las empresas vitivinícolas regionales. "Estamos apuntando a que el consumidor tenga un producto seguro y por lo tanto está asociado no sólo al aspecto comercial, sino que también se enlaza con el concepto de la salud humana", explicó el profesor Villaseñor. Comentó que en países extranjeros, especialmente europeos, hay permanente preocupación por la cantidad de pesticidas o agroquímicos que pueden quedar en los alimentos en general. Con este proyecto se busca optimizar el uso de los agroquímicos respecto a su aplicación, con el propósito de evitar que lleguen al producto final, ciñéndose así a las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Respecto al vino, indicó que se ha probado la existencia de residuos de pesticidas y agroquímicos, a raíz de lo cual los mercados comenzaron a introducir regulaciones para la producción interna y los vinos que importan. "Chile, por sus condiciones geográficas, está libre de algunas plagas que hay en otras partes del mundo, pero no por ello está exenta de las mismas, entonces nosotros agregamos una gran cantidad de productos agroquímicos", explicó. A través del proyecto, de tres etapas, se ha conseguido implementación técnica adecuada para determinar los productos de este tipo que pueden quedar en el vino de manera residual, muchas veces a raíz de condiciones que han afectado su degradación. En la primera etapa, se realizó esta implementación y la validación de métodos de análisis; la segunda, contempla el desarrollo del programa de monitoreo de residuos de pesticidas y otros contaminantes y, la tercera, contempla la transferencia de resultados e inserción en redes internacionales de seguridad alimentaria. Corresponde ahora iniciar la última fase, de transferencia de resultados a los productores. "Vamos a trabajar no sólo con vino sino con las bayas mismas. Se va a determinar cuánto queda en la uva de algún pesticida que se haya utilizado", dijo Jorge Villaseñor. Fuente: Universidad de Talca |
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