Lula retoma su plan de promoción de biocombustible en Latinoamérica
Luiz Inácio Lula da Silva ha mantenido invariada su agenda a pesar de la grave crisis provocada por el accidente aéreo de Sao Paulo. La promoción de la fabricación de etanol en todo el continente se mantiene como el principal objetivo del presidente de Brasil para esta legislatura.
Como ya había anunciado antes del accidente, el mandatario viajará en agosto a México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá para promover el uso de biocombustibles. Asimismo, Brasil, segundo productor mundial de etanol, cooperará para la construcción de una fábrica productora de este gas en El Salvador.
Antes de poder concentrarse en este asunto, Lula ha intentado resolver con rapidez las incógnitas que planteaba el fatídico accidente aéreo. Lula ha nombrado un nuevo ministro de Defensa, Nelson Jobim, en sustitución de Waldir Pires, y le ha dado plenos poderes para depurar responsabilidades y asegurarse de que no vuelva a ocurrir una desgracia de similares características.
La confianza de Lula en Jobim es tan grande que se comenta que el ministro podría convertirse en candidato presidencial en sustitución del actual mandatario para las próximas elecciones en 2010 si resuelve el reto.
Así que Lula emprenderá el viaje inicialmente previsto. Uno de los objetivos centrales de su gira, que comenzará el 5 de agosto, será promover en el continente la cooperación en la producción de biocombustibles, con énfasis en el etanol, un carburante que Brasil elabora con caña de azúcar, que abunda en toda Centroamérica y el Caribe.
Brasil produce actualmente unos 16.700 millones de litros anuales de etanol de caña y es el segundo productor mundial de este carburante, por detrás de EEUU, que lo elabora con maíz.
El interés público de Brasil en el etanol se conoció a mediados de marzo de este año, durante el viaje del presidente estadounidense, George W. Bush, al país sudamericano. Entonces, EEUU y Brasil firmaron el acuerdo del etanol con el objetivo de construir una fuente de energía alternativa.
Un pacto con lagunas. En cuanto al texto oficial del pacto, que ocupa poco más de un folio, especifica que permitirá la coordinación de ambos países con el fin de establecer estándares internacionales para los biocombustibles, de modo que puedan comercializarse en todos los mercados. Sin embargo, el acuerdo no contempla la reducción de los aranceles que EEUU impone al etanol procedente de Brasil, es más, afirma que no es un tema que esté dentro de ese convenio.
Actualmente, los aranceles equivalen a unos 14 centavos de dólar por litro, además de una tasa del 2,5%. El Gobierno de Lula pretende una rebaja de esos impuestos, mientras que Washington argumenta que la cuestión corresponde al Congreso de EEUU.
Antes de la firma del pacto, el pasado 27 de enero, Bush en su discurso sobre el Estado de la Unión hablaba del etanol y lanzaba una propuesta para promover una ley que obligue a mezclar gasolina con un 20% de etanol en un plazo de 10 años.
Incertidumbre en la ONU. Pero no todo es color de rosa. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ha advertido sobre los riesgos de la producción de etanol. En concreto, el director del Pnuma para América Latina y el Caribe, Ricardo Sánchez, ha avisado que la creciente demanda del etanol puede ser peligrosa si no se hace bien, es decir, si el crecimiento de la producción se basa en aumentar las superficies de cultivo, ya que esto puede tener impactos sociales y ambientales que no harían sostenible este crecimiento.
Sánchez también resalta que se debería medir el coste producido por la degradación ambiental de estas plantaciones puesto que podrían afectar la biodiversidad. Por último, señalaba que otro de los peligros de este tipo de plantaciones es que en muchas zonas sustituirán el cultivo de alimentos, aumentando el riesgo de una crisis alimentaria.
Aunque la fiebre del etanol no acaba aquí: en México, un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recomendaba que el país debe establecer sustanciales y permanentes apoyos a la producción de maíz, caña de azúcar y oleaginosas para garantizar el abastecimiento nacional e impulsar la utilización de esos cultivos en la producción de gasolina alternativa suficiente para reducir la dependencia de los hidrocarburos.
De hecho, desde hace casi tres meses el BID alertó al Gobierno mexicano de que la disponibilidad de maíz en el mercado mundial sería uno de los principales problemas para este año, debido a que las exportaciones de granos de EEUU, principal productor mundial de maíz, caerán a menos de la mitad, comparadas con las de 2006, pues de manera creciente se utilizan para producir etanol. Es más, en diversos foros se ha pronosticado que cuando el maíz estadounidense empiece a destinarse a la producción de etanol, crecerá el déficit internacional.
Así, la responsabilidad de Lula como promotor del etanol es muy grande, ya que el combustible "verde" puede convertirse en "negro" si se producen talas indiscriminadas a lo largo y ancho del continente.
Rodrigo González Fernández
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