Restituyendo la Competencia al Mercado Lácteo Nacional
POR SUSANA JIMENEZ
EN EL DIARIO LA SEGUNDA.
En días recientes, se ha conocido la decisión de los productores lecheros de acudir a la Comisión de Distorsiones para que ésta adopte medidas (salvaguardias) con el objeto de defender el mercado interno de las distorsiones provenientes del comercio con Argentina. Esto, en el contexto que la existencia de precios de insumos distorsionados les estaría entregando una competitividad artificial a los exportadores argentinos.
Para solicitar salvaguardias se requiere demostrar que existe un aumento de importaciones tal que causa un daño o amenaza de daño grave a la producción nacional similar o directamente competidora. Los antecedentes disponibles avalan lo anterior, toda vez que las importaciones de productos lácteos provenientes desde Argentina han aumentado 230% en los primeros cinco meses del 2006, en relación a igual período del año anterior. Este fuerte incremento ha deprimido los precios internos y como correlato caerán los precios que la industria le pagará en la próxima temporada a los productores por cada litro que le compra, amenazando la viabilidad de un número importante de plantas lecheras.
El fuerte aumento de las importaciones tiene su explicación en una serie de distorsiones que afectan la cadena de producción láctea trasandina. En efecto, Argentina tiene hoy una situación de competitividad artificialmente mejorada, a través de la subvención a los combustibles y la energía eléctrica, retenciones a las exportaciones que han hecho caer el costo de la materia prima y subsidios en mercados de insumos, como el azúcar. Todo lo anterior haría que la petición de los productores lecheros sea técnicamente admisible, en virtud que el sector lácteo local está viendo afectada su competitividad por efecto de esta distorsión de precios en el comercio exterior.
Ha trascendido que se estaría considerando solicitar el máximo nivel de aranceles, de 31,5%. Lo anterior, aunque parece elevado, es justificable, dado que un arancel menor sólo terminaría compensando la esperada eliminación de la retención a las exportaciones que aún mantiene el gobierno argentino, sin mediar solución a las distorsiones de precios vigentes en todo el resto de la cadena de producción láctea. Es de esperar que en el análisis que efectúe la Comisión de Distorsiones primen los argumentos técnicos aportados por su Secretaría Técnica, dependiente del Banco Central, por cuanto, el apoyo entregado por las autoridades a una salvaguardia indicaría que en el terreno político la decisión ya estaría tomada, situación que cuestiona seriamente la institucionalidad de la Comisión de Distorsiones.
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